Isaac Sederbaum, de 31 años, y S.J. Brooks, de 32, salieron a montar bicicleta en Cascade Mountain, en el estado de Washington.
En medio de una tupida vegetación vieron que un puma de montaña se les aproximaba y, según los reportes de las autoridades, «hicieron todo lo que se suponía debían hacer». Se bajaron de sus bicicletas y las pusieron entre ellos y el animal salvaje. Se quedaron quietos y luego empezaron a hacer ruidos fuertes para asustarlo. Uno incluso golpeó al animal con la bicicleta lo que lo hizo dar unos pasos atrás y retirarse.
Sin embargo, cuando los dos amigos retomaron su paseo y empezaron a pedalear, discutiendo con excitación lo que habían sobrellevado, se dieron cuenta de que el puma se devolvió a atacarlos. “El puma mordió a Sederbaum en la cabeza y lo sacudió de la bicicleta”, explicó el capital Alan Myers, del Departamento de Policía de Pesca y Vida Salvaje de Washington, quien añadió que la víctima había contado que “casi su cabeza entera estaba entre sus fauces”.
Atacando al primer ciclista
Mientras el primer ciclista era atacado, el segundo, S.J. Brooks, emprendió la huida teniendo, sin embargo, menos suerte. El puma dejó al primer ciclista empezó a perseguirlo y lo atacó por el cuello, derribándolo y arrastrándolo luego a lo que parecía ser su guarida. Según el reporte de los alguaciles, Sederbaum tuvo que correr herido casi dos millas para poder conseguir señal en su celular y poder llamar al 911.
Los ataques a humanos de pumas de montaña con extraños y escasos. Según las autoridades, en esta zona en la que la población de estos felinos es importante solo se había presentado un caso de ataque en 1924. Por su parte, el Departamento de Pesca y Vida Silvestre de California, otro estado en el que este animal es común, ha reportado 15 ataques desde 1986, de los que solo tres de ellos resultaron fatales.
«Lo que normalmente sucede es que respondemos a llamadas que reportan ataque de pumas contra el ganado de alguien», dijo el Capitán Myers. «La gente no suele estar en el menú para pumas. Normalmente no quieren saber nada de nosotros «.
El extraño comportamiento del animal va a ser estudiado por investigadores que buscan entender si el puma tenía alguna enfermedad o alguna herida previa al ataque.
Según la fundación Mountain Lion, hay menos de 30,000 pumas repartidos en los estados occidentales de Estados Unidos. Ante un posible encuentro con un felino aconsejan que no se debe correr, por el contrario, aseguran que lo mejor es quedarse muy erguido y hacer todo lo posible para verse más grande. Además, hay que mantener el contacto visual, mover los brazos lentamente, hablar con voz fuerte y lanzar objetos si es necesario. Normalmente, los felinos se retirarán.
