viernes, mayo 3, 2024

Madre mexicana sigue refugiada en Greensboro

Por: Margarita Vidal/

Charlotte, N.C.- El tiempo transcurre para Minerva Cisneros y se mantienen las esperanzas de que sea revertida la orden de deportación que la mexicana de 41 años enfrenta, que le exige su salida del país desde el 30 de junio pasado. Mientras tanto, la Iglesia “Congregational United Church of Christ” en Greensboro, que sirve de refugio espiritual para muchos, ha significado para ella un verdadero refugio temporal contra los agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). “Estamos advertidos de que el ICE no quiere que como refugiada yo salga a la calle o esté expuesta al público, sabemos que ellos están siempre pendientes, pero aquí adentro somos intocables”, nos dice Minerva, para quien la espera en muchas ocasiones ha sido desesperante.

“Entendemos el proceso y estamos dispuestos a esperar por una decisión humanitaria. Para mis hijos y para mí sería una catástrofe ser separados, o tener que regresar a México después de toda una vida honrada y de sacrificios en este país”, nos cuenta. Por su parte, la reverenda Julie Peeples, reiteró su apoyo. “Estamos agradecidos de poder ayudar a Minerva, ella es una excelente persona y aprendemos mucho de ella”, confiesa. Minerva lleva 17 años viviendo en los Estados Unidos. Ingresó al refugio el pasado 21 de junio y busca una salida que no la aleje de sus hijos Antonio y Mateo de 6 y 3 años y Eduardo, de 21 años, quien es invidente y beneficiado por el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).

Tres casos de refugiados

El caso de Minerva es el segundo de tres que han buscado refugio en Greensboro, tratando de evadir la deportación. La Primera fue la guatemalteca Juana Tobar, una residente de la ciudad de Asheboro que vive en los Estados Unidos desde hace 25 años. Es madre de 4 hijos y su esposo es norteamericano. Tobar se encuentra protegida en la “Iglesia Episcopal San Barnabas” en Greensboro, luego de que ICE le negara un pedido para suspender su deportación el pasado 22 de mayo. El más reciente caso es el del pastor salvadoreño José Chicas, quien lleva aquí 32 años y es padre de cuatro hijos. Chicas fue acogido en la “Escuela para la Conversión”, un centro de educación religiosa con sede en Durham. Greensboro es una de las ciudades que se ha considerado santuario en Carolina del Norte, junto a Carrboro, Durham, Asheville y Chapel Hill.

En varias ocasiones se ha planteado la posibilidad de convertir a Charlotte en ciudad santuario.

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