Desconocidos quemaron y asaltaron a mano armada un refugio que acogió en Tijuana a once jóvenes transexuales a quienes las autoridades de Estados Unidos aún niegan el paso a pedir asilo.
En la madrugada del domingo, un grupo de seis hombres con armas de fuego irrumpió el albergue donde se encontraban las autodenominadas chicas trans.
Leticia Herrera, la encargada del refugio católico Caritas, dijo a La Opinión que los desconocidos ingresaron a la fuerza cerca de las 2 de la mañana y despojaron a todos los que se encontraban en el lugar de dinero, teléfonos celulares y otros móviles, antes de golpear a un migrante y huir.
Pero en la noche del domingo al lunes alguien también prendió fuego a una entrada del refugio; la puerta, el marco de madera y parte de la pared contigua quedaron inservibles.
Silvia, quien se define como chica trans de Honduras, dijo que los dos incidentes motivaron al grupo de mujeres a ir a la garita peatonal a pedir nuevamente que les dejaran pasar a pedir asilo, pero por segunda ocasión les impidieron ingresar. La primera vez intentaron pasar con el resto de los migrantes de la caravana.
El refugio de las mujeres fue incendiado.
“Nosotras no solo queremos, necesitamos que nos dejen pasar a Estados Unidos porque aquí corremos mucho riesgo y no tenemos a dónde ir, tendríamos que quedarnos en la calle, muy vulnerables, cuando hasta los policías de Tijuana nos echan de todo lugar a donde vamos, algunos inclusive nos agreden”, dijo Sarah.
La abogada que representa al grupo de chicas trans, Nicole Ramos, del grupo Al Otro Lado, dijo que “ellas vienen huyendo de la violencia en sus países y se encuentran en la frontera con discriminación de autoridades de Estados Unidos y violencia también en México”.
Ramos acompañó al grupo cuando el domingo por la tarde intentó ingresar a la garita. Dijo que mostró “a los oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) una carta del abogado del albergue donde estaban, que dice que estas chicas se encuentran en peligro inminente en Tijuana” pero la ignoraron.
“Nos respondieron que en la garita no hay espacio donde ellas esperen para que sean entrevistadas por oficiales de asilo”, dijo Campos.
El tiempo promedio para pasar a sostener ese tipo de entrevista es actualmente de unos diez días. Quienes van a pasar, esperan todo ese tiempo por lo general en las inmediaciones de la garita al lado mexicano, donde antes acampó la caravana, para no perder su turno.
Sara dijo que oficiales del Instituto Nacional de Migración de México les han advertido que el sitioes zona federal donde el grupo de chicas trans no puede permanecer.
Por ese ingreso a la garita pasan diariamente miles de peatones que se dirigen al sur de San Diego.
La abogada Campos explicó que el gobierno de Estados Unidos tiene la obligación de “encontrar espacio en la garita si se trata de personas que temen por sus vidas, que es el caso de estas chicas”.
Un grupo de migrantes centroamericanos que llegó con la caravana decidió permanecer en México. Todos los demás integrantes ya se encuentran en territorio estadunidense, excepto el grupo de once chicas trans que sigue varado en Tijuana.
Campos ha encontrado sitios donde el grupo puede permanecer momentáneamente estos días, pero con temor a grado de negar entrevistas que de alguna manera indicaran dónde se encuentran.
Sarah dijo que sería injusto que las autoridades fronterizas estadunidenses aguardaran a que ocurriera una tragedia al grupo para entonces reaccionar y conceder que al menos se acerque a aguardar un turno para entrar a la garita a aguardar para que les entrevisten oficiales de asilo.
