viernes, mayo 3, 2024

Veterano deportado logra volver a Estados Unidos

Los Angeles.- A seis años de su detención en Los Ángeles y su deportación a Tijuana (México), el veterano Fabián Rebolledo cumplió el sueño de volver a Estados Unidos junto a su familia.

Durante su juventud, fue reclutado en el Ejército. Sirvió en Fort Bragg (California) y en 1999 fue enviado a Kosovo, al sureste de Europa, donde trabajó como pacificador para recuperar los cuerpos de los aldeanos kosovares que habían sido asesinados por las fuerzas serbias.

Después de regresar a California, el especialista Rebolledo tuvo un hijo y se dedicó a reconstruir su vida. No obstante todo se derrumbó cuando fue deportado a México y alejado de su familia y del país que conocía.

“Llegué a Mexicali en chanclas, shorts y playera. Hacía mucho frío y yo no conocía nada ahí”, dijo Rebolledo este miércoles desde la vivienda en Azuza, donde ahora vive su familia.

El veterano de 43 años, quien vistió con orgullo su uniforme del Ejército, llegó al lugar luego de horas de cruzar la garita de San Ysidro.

El cheque de la separación

Al volver de Kosovo, Rebolledo sufrió de estrés post-traumático pero aún así se las ingenió para, con diversos empleos, sacar adelante a su familia.

Sin embargo en 2008, y en uno de esos pagos, recibió un cheque de 750 dólares sin fondos.

“Me quisieron implicar en el fraude y después me deportaron. No les importó que fuera veterano de guerra”, comentó.

Obstinado en que su destino era estar en Estados Unidos, Rebolledo logró reingresar al país al día siguiente. Cuenta que tuvo la fortuna de cruzar caminando la frontera sin que le pidieran documentos.

“Vi que un veterano tenía el mismo pin que yo cuando iba cruzando… Nos saludamos y me dejaron pasar”, recordó.

Así pasaron los años, pero en 2012 —mientras conducía— un agente de la policia lo detuvo y le pidió documentos.

“Yo no llevaba identificacion, no llevaba licencia y me llevaron a la cárcel… Ahí me tomaron mis huellas y no me salió historial de nada”, dijo Rebolledo.

Sin embargo, él ignoraba que para ese entonces ya la polica trabajaba con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y semanas despues sus datos llegaron a dicho departamento.

Meses después, los agentes llegaron a tocar a su viviendo y tras identificarlo, se lo llevaron de nuevo a un centro de detención.

“Salimos a las tres de la tarde y para las cinco ya estaba en Tijuana… Lo más triste que he vivido en mi vida fue vivir en la calle. Estuve ahí por tres días”, recordó Rebolledo.

Despues de dormir en las calles y en refugios logró encontrar vivienda con otro veterano deportado. Cuenta que fue a través de su compañero de cuarto que encontró solidaridad en un grupo de veteranos deportados y empezó a trabajar en defensa de este grupo de exmilitares.

Rebollego contó que la primera vez que lo deportaron en 2008 decidió regresarse al día siguiente. / Foto: Aurelia Ventura.

Ayudó, por ejemplo, en el proyecto de un mural en el Parque de la Amistad, en Tijuana, para crear conciencia sobre los estragos que viven los veteranos deportados.

Y hace tres años comenzó su lucha por regresar a Estados Unidos y finalmente, ayer pudo cruzar la frontera de manera legal.

“Cuando me dijeron [que iba a poder volver] me senté y me puse a llorar”, dijo Rebolledo, quien no se imaginaba que lo dejarían volver este 19 de septiembre.

“Yo sabía que tenía una audiencia pero hasta el 2020”, señaló emocionado.

El padre del veterano, Pascual Rebolledo, dijo haber sentido mucha alegría cuando fueron por su hijo a San Ysidro. “Es lo que estabamos esperando por muchos años”.

El hombre de 79 años de edad contó que cuando pasó lo de la deportación, toda lafamilia lo pasó muy mal. “Sabíamos que eran delitos no graves y que no llegaba al grado de la deportación”, expresó.

“Seguido lo íbamos a visitar porque nos dolía que estuviera lejos… [Fabián] no conocía a nadie en México y él extrañaba a su hijo que esta aquí [en EEUU]”.

Un rayo de esperanza

Rebolledo encontró ayuda en la Clínica de leyes y derechos de los inmigrantes de la Universidad de Irvine (Immigrant Rights Clinic) quienes lo ayudaron a reabrir su caso.

Annie Lai, abogada representante de la organización de UCI, explicó que el veterano estaba originalmente acusado de un delito grave (felonia) pero que gracias a la Proposición 47, ésta fue reducida a un delito menor (conocido como misdemeanor).

“El juez aprobó su caso en agosto y su tarjeta verde le fue devuelta… Su estatus es igual a antes como residente legal permanente”, indicó.

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