Annapolis – EEUU.- Leo Haugton es un inmigrante jamaiquino que, pese a ser residente legal en Estados Unidos, permaneció detenido, por 82 días, luego de ser arrestado en el Aeropuerto Internacional de Baltimore – Washington.
El hombre, de 45 años, que suele viajar a su isla natal para compartir con su familia durante la Navidad, regresó a suelo estadounidense el 29 de diciembre de 2018. Aquel día, un canino de las autoridades aeroportuarias confundió con droga los tres envases con miel que Leo transportaba desde Jamaica.
Inmediatamente, el inmigrante fue detenido por agentes del Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) dentro de la terminal aérea. Más tarde, su custodia pasó a manos de la Policía del condado de Anne Arundel.
Aunque el sujeto dijo estar “100% seguro” de que en sus botes sólo llevaba miel, las autoridades desestimaron sus afirmaciones, pues llegaron a pensar que el hombre era una mula, que cargaba consigo metanfetaminas.
A raíz de esa situación, el jamaiquino fue imputado por posesión y tráfico de estupefacientes, dos acusaciones que pusieron en marcha una orden federal de detención y que hicieron peligrar su estatus legal dentro de Estados Unidos.
Cuando habían transcurrido 48 del arresto, un abogado de la defensa pública consiguió que a Leo se le concediera un permiso para asistir al trabajo. En el logro de aquel beneficio hicieron mucho peso sus nueve años viviendo en Maryland, pero también su pasado sin antecedentes penales.
Casi un mes después de la detención, exámenes de laboratorio determinaron que el contenido de los envases, en efecto, era miel. Aunque el resultado obligó a la Fiscalía a retirar parte de los cargos, los fiscales exigieron una prueba más exhaustiva y mantuvieron su acusación por posesión de sustancia peligrosa.
En consecuencia, el hombre aún podía ser detenido por las autoridades federales y deportado a su país de origen. Consciente de esa situación, el juez de la causa prefirió dejarlo en prisión, negándole su solicitud de ser puesto en libertad.
No fue sino hasta el 21 de marzo de este año que la pesadilla llegó a su final. En esa fecha se conoció el resultado del segundo análisis al que fueron sometidos los botes con miel. Las pruebas volvieron a dar negativo y a las autoridades no les quedó más remedio que levantar el cargo existente y mandar al jamaiquino a su casa.