Estados Unidos ha denunciado este domingo las “falsas promesas” de ingresar en este país que han hecho a los más de mil integrantes de la caravana que partió el sábado desde San Pedro Sula, al norte de Honduras. Cada vez se suman más personas.
“Estamos seriamente preocupados por la caravana de migrantes que viaja al norte desde Honduras, con falsas promesas de ingresar a los Estados Unidos hechas por aquellos que buscan explotar a sus compatriotas. Los Estados Unidos hace cumplir vigorosamente sus leyes de inmigración”, dice un comunicado de la embajada de EE.UU en Honduras.
El texto recoge las palabras del vicepresidente Mike Pence: “No arriesguen a sus familias tomando el peligroso viaje hacia el norte para intentar ingresar a los Estados Unidos ilegalmente … Si no pueden venir a los Estados Unidos legalmente, no deben hacerlo”.
El gobierno mexicano el sábado también recordó a los migrantes que quieran entrar en el país, que deben hacerlo cumpliendo la legislación vigente y haciendo los trámites que corresponda en los consulados. En un comunicado conjunto, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y la de Gobernación (Segob) solicitaron a «los extranjeros que pretenden ingresar a México» que revisen los requisitos previstos en el artículo 37 de la Ley de Migración.
El grupo de migrantes aumentó espontáneamente a partir del viernes luego que un medio local informara que unos 160 migrantes habían acordado partir juntos para mayor seguridad desde San Pedro Sula. Los migrantes se organizaron por WhatsApp. “En Honduras la gente sale diario, pero así de manera pública y en grupo, hasta ahora”, declaró Dunia Montoya, voluntaria que ayuda a los migrantes, en entrevista telefónica desde Santa Rosa de Copán.
Otros hondureños que ya tenían contemplado dejar su país vieron la oportunidad de migrar con una red de apoyo. Cargaron sus mochilas con artículos básicos y se sumaron a toda prisa a la caravana. Varias personas alquilaron camionetas para ayudar al grupo, cuyos miembros iniciales habían emprendido la travesía a pie. A lo largo del trayecto, la gente les ofrecía comida y agua embotellada.
Montoya, que piensa quedarse en Honduras, indicó que muchos de los migrantes de la caravana ya han intentado en varias ocasiones llegar a Estados Unidos. Algunos de ellos no inscribieron a sus hijos este año en la escuela porque tenían pensado partir en cualquier momento, agregó. Otros se integraron en la caravana con sus bebés.
Las malas perspectivas económicas son el principal motivo por el que los hondureños buscan abandonar su país, de 9,4 millones de habitantes, según una encuesta reciente del Centro de Estudios de Inmigración. La violencia fue el segundo motivo más mencionado.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe, un organismo de las Naciones Unidas, proyecta este año para Honduras un crecimiento económico de 3,9%. Según la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social de Honduras, el desempleo alcanza 6,7%, aunque casi la mitad de los hondureños en edad laboral están desocupados, y por lo tanto tienen ingresos insuficientes para cubrir sus necesidades.
“Hay una miseria y una violencia que está agobiando a la gente”, lamentó Montoya, que señaló que algunas personas se están yendo porque no tienen fe en el país.
A finales del pasado marzo, Tapachula, en el sureño estado de Chiapas, México, fue el punto de inicio de una multitudinaria caravana de migrantes centroamericanos que también partió rumbo a Estados Unidos con unos 1.200 participantes. Pese a que esta iniciativa se repite cada año, en su última edición la caravana provocó momentos de tensión diplomática entre EE.UU. y México, después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, lanzara críticas contra ella y dijera que debía ser detenida antes de que llegara a su país.