Martha Lozano, quien libra una batalla contra dos tipos de cáncer, ya tiene varios días que no duerme. Se la lleva pensando, preocupada por su salud y sus hijos. El Servicio de Migración y Control Aduanas (ICE) le dio hasta el 1 de marzo para salir del país
“Les pido que reconsideren mi caso. Miren mi récord. ¡No soy una criminal!”, exclama presa de la angustia.
Lozano es una inmigrante indocumentada quien lleva 30 años en Estados Unidos. Es madre de tres hijos: Jonathan, de 25 años, Ignacio de 22 y Eduardo de 14 años – todos ellos nacidos en el país – a quienes ha criado sola desde que su esposo fue deportado en 2009.
“Me tomó dos pastillas diarias contra el cáncer, más las vitaminas que me dan los médicos, así como medicamento para la inflamación que me provocan las pastillas para el cáncer”, precisa.
“Los médicos me han dicho que si dejo de tomar el medicamento mi vida está en riesgo. Puedo morir”, dice.
En manos de congresistas y senadores
Su abogada Camille K. Cook de Fresno, California, comenta que ya han agotado todas las instancias legales para que Lozano pueda permanecer en el país y su única esperanza es la senadora Dianne Feinstein y el congresista republicano Jeff Denham.
“Ambos se han ofrecido a ayudarnos, y ellos son los únicos que pueden parar su deportación”, puntualiza Cook. “El ICE ya no quiere dejarla en el país porque dicen que el cáncer de Martha está en remisión y que puede recibir tratamiento en México”.
Fue en 2009 cuando la abogada Cook tomó el caso de Lozano. A su esposo lo deportaron ese año, pero a ella la dejaron por su condición médica.
“Me detectaron el cáncer del seno en 2008 y un año después el cáncer de la tiroides. Cuando arrestaron a mi esposo, íbamos a mi operación. Por eso me dejaron, pero se llevaron a mi esposo”, relata la madre.
Desde entonces, cada año ICE le renovaba un permiso para quedarse en el país. “Pero este año me dijeron que ya no. Les presenté las cartas de mis médicos pero todo fue en vano. Ya no las quisieron aceptar y me dijeron que me tenía que ir del país”, cuenta Lozano de 52 años de edad y quien vive en la ciudad de Modesto, en el Valle Central de California.
Antes daban permisos a enfermos
ICE solía dar permisos a quienes demostraran que estaban luchando muy duro con alguna enfermedad y no podían dejar el país. Aún cuando Lozano estaba ya bajo control, le seguían dando autorización para permanecer en EEUU.
En enero, los doctores escribieron una carta a ICE en la que dicen que la salud de Lozano podría estar en peligro en ausencia de tratamiento médico de seguimiento consistente, multidisciplinario y de equipo. ICE negó la petición. Sus argumentos fueron que sus dos tipos cáncer han estado en remisión por varios años, y está lo suficientemente saludable como para regresar a México.
Martha Lozano quiere permanecer en los Estados Unidos por sus hijos como Jonathan de 25 años, y dos más. Uno de ellos de apenas 14 años.
La abogada Cook dice que ICE obligó a la madre a comprar un boleto de autobús y le dieron una documentación que deberá entregar a las oficinas de migración en la frontera con México para probar su autodeportación.
“Tengo un boleto de salida a las 6:00 de la tarde el 1 de marzo de Modesto al Aeropuerto de Tijuana. Les tuve que entregar una copia a los agentes de Migración. Aún así tengo miedo de que puedan venir por mi en cualquier momento”, dice Lozano, originaria de Guadalajara, México.
Sin embargo, asegura que va a luchar hasta el último minuto por quedarse en el país al lado de sus hijos. “Tengo una maleta lista con mis pocas pertenencias. Pero Dios es grande y estoy esperando un milagro por mi salud y mis hijos. En México no voy a tener acceso a los medicamentos que necesito de por vida para mi cáncer. Aún tengo un hijo de 14 años que me necesita. Él está muy afectado. No entiende muchas cosas, ni porqué me tengo que ir”.
Antes deportaron a su padre
Lozano dice que sus hijos ya sufrieron mucho la deportación de su padre. Su hijo mayor, Jonathan, tuvo que trabajar como conductor de camiones de carga para ayudar con el gasto de la casa cuando ella enfermó.
“En 2003, nosotros tuvimos antes un abogado de la Bahía de San Francisco que nos hizo fraude, Walter Rafael Pineda. No solo a nosotros sino a mucha gente. A nosotros nos hizo una petición por asilo cuando sabía que no calificábamos, y no se presentó a la audiencia. Como consecuencia, nos dieron la deportación a mi y a mi esposo”, relata.
Añade que a consecuencia del fraude contra inmigrantes, el abogado Walter Rafael Pineda perdió su licencia en 2006. “Usaba la misma técnica que empleó con nosotros, y terminaba poniendo a muchos otros inmigrantes en proceso de deportación. Más tarde, supimos que murió,” dice.
Enfermedades que pueden parar una deportación
La abogada Cook dice que bajo las nuevas prioridades de migración, solo pueden quedarse aquellos inmigrantes que estén entre la vida y la muerte. “¿Qué enfermedades pueden detener una deportación al menos temporalmente? Eso lo tendría que contestar ICE pero la verdad todo está en manos del director de campo de ICE, y queda a su discreción y criterio”.
Remarca que lo único que cambió el año pasado fue que al entrar la administración del presidente Trump, han aumentado los operativos de arresto de inmigrantes.
Aclara que es verdad que la salud de Lozano está mejor con respecto a los dos tipos de cáncer que padece, pero necesita tratamiento y en cualquier momento pueden regresarle.