San Salvador.- El presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, se comprometió hoy a garantizar los derechos de la población migrante que reside en Estados Unidos de forma irregular, tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales del pasado 8 de noviembre.
Además, Sánchez Cerén recordó, durante el programa Gobernando con la Gente, celebrado en la comunidad de San Rafael Cedros, que los cancilleres de los países del Triángulo Norte de Centroamérica -El Salvador, Guatemala y Honduras- trabajan conjuntamente para garantizar la continuidad del apoyo de Estados Unidos a los programas de desarrollo económico y social en la región.
«Estamos proyectando que nuestros cancilleres se reúnan con los miembros del Congreso y especialmente con los Republicanos, para hacerles ver la realidad de El Salvador, Guatemala y Honduras, y comprometerlos a que den continuidad al Plan de la Alianza para la Prosperidad para resolver problemas estructurales y enfrentar el fenómeno de migración», subrayó.
El mandatario concluyó que «la migración es un derecho, el papa Francisco reconoce que es un derecho que tienen los pueblos y que no puede ser violentados».
Centroamérica, en especial el Triángulo Norte, es una de las zonas más violentas del mundo, pese a que no se desarrolla una guerra convencional, lo que incide en la emigración masiva a Estados Unidos y México, los principales destinos.
Para hacer frente a esta violencia y a la falta de oportunidades que alienta a muchos a migrar, en febrero pasado el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, solicitó al Congreso una partida de 750 millones de dólares de ayuda a Centroamérica dentro del presupuesto de 50.100 millones para el año fiscal 2017.
Esos 750 millones se sumarían a los otros 750 millones aprobados por el Congreso en diciembre pasado para afianzar el fortalecimiento institucional de los países de origen del mayor grueso de indocumentados: Guatemala, El Salvador y Honduras, bajo el conocido Plan de la Alianza para la Prosperidad.