Nueva York, NY.- El IPC (Índice de precios al consumidor) preocupa al norteamericano, después de conocerse que este dato subió un 0,6 % en mayo. Situando a la inflación interanual en el 5 %. Considerándose, la cifra más alta desde agosto de 2008.
Por su parte, la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS), informó, que de excluirse los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente el mes pasado fue del 0,7 %, y del 3,8 % en los últimos 12 meses.
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Este es el sexto mes consecutivo de avances para la inflación en EEUU, en lo que va de 2021. De manera que, cada dato publicado ha superado al anterior, generando cierta alarma en los mercados, sobre todo en los últimos meses.
El IPC sube y el PCE (proxy del deflactor del PIB e indicador fetiche de la Fed) subyacente hace propio situándose en el 3,1%, la mayor tasa de variación desde mayo de 1992
Esta subida del IPC, en un 5% interanual en el mes de mayo, es impulsado, principalmente, por el alza de la energía (el petróleo ya está por encima de los 70 dólares). No obstante, pero también, por el resto de componentes que dan forma a la cesta típica de la compra del consumidor americano.
La inflación está tocando máximos que van más allá de la última década, pero la banca central y buena parte de los expertos piden calma. Esto debido a que los factores que están provocando este auge de los precios son, en principio, temporales.
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Por otra parte, no solo es la inflación general, la subyacente (que no pondera ni alimentos frescos ni energía) se ha situado en mayo en el 3,8%, máximos desde principios de 1992.
La firma financiera, TD Securities, reconoce que «que es probable que otro aumento en los precios de los viajes y en los coches de segunda mano se refleje en un nuevo empujón para el IPC subyacente». Continua, la firma, «Pronosticábamos un 4,8% y un 3,6% interanual para el IPC general y el subyacente respectivamente».
Por otro lado, la energía ha subido un 28%, impulsada sobre todo por el fuerte alza de los precios del petróleo. Por su parte, la comida o los servicios de restaurantes y hostelería también suben entre un 2 y un 3%, mientras que la ropa es un 5,6% más cara que hace un año.
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