Alrededor de dos docenas de activistas, organizadores, inmigrantes y jóvenes dieron inicio en Los Ángeles este domingo a la Marcha sin Fronteras que por una semana recorrerá 140 millas rumbo al cruce fronterizo entre California y México, donde esperan encontrarse con los integrantes de la Caravana de Refugiados Vía Crucis el próximo domingo 29 de abril.
“La gente que viene en esa caravana son refugiados, en su mayoría mujeres y niños”, dijo Claudia Treminio, una activista comunitaria que se unió a la marcha.
La Caravana de Refugiados Vía Crucis está formada por un grupo de inmigantes de Centroamérica que vienen huyendo de la violencia y la situación económica de sus países. Se espera que lleguen a Tijuana el 29 de abril para solicitar asilo en Estados Unidos.
“Nuestra marcha es en solidaridad con los que participan en la Caravana del Vía Crucis y quieren cruzar a la frontera”, dijo Tessie Borden, portavoz de Clérigos y Laicos Unidos por una Justicia Económica (CLUE).
“La idea es decirles que tienen derecho a pedir asilo. Sabemos que Trump va a estar ahí con tropas y armas. Nosotros vamos a estar ahí con los brazos abiertos para recibirlos”, dijo Borden.
La marcha a la que se sumará más gente a lo largo del camino entre Los Ángeles y Tijuana llegará el domingo 29 de abril a esa ciudad fronteriza. “Va a ver observadores que los van a ir siguiendo”, precisó Borden.
Y recalcó que en la frontera habrá un grupo de abogados de California listos para empezar a procesar las peticiones de asilo de los miembros de la Caravana de Refugiados Vía Crucis.
Hermandad con los refugiados
“Lo que me motiva a participar es la hermandad que siento con los migrantes miembros de esta caravana. Al mismo tiempo quiero utilizar mi voz para clarificar que todas estas personas tienen el derecho total de viajar a otro país y solicitar asilo”, dijo Claudia Treminio, una de las participantes de la Marcha sin Fronteras, quien además es una organizadora comunitaria.
Treminio conoce en carne propia lo que es participar en una caravana. “A la edad de 12 años, yo dejé El Salvador y viajé a los Estados Unidos sin compañía alguna. Fui un menor no acompañado”, dijo.
Por esa razón, ella conoce muy bien la ruta de la Caravana, pero todavía más. “Conozco el miedo que se siente ser de Centroamérica y estar viajando en México porque ya sea por las autoridades o el crimen organizado, en cualquier momento, los refugiados pueden estar en gran peligro”, señaló.
Dijo que quiere llevarles su energía y apoyo a estas personas. “En estos momentos, no sé a dónde voy a poder llegar, si voy a poder hablar con ellos, pero hemos estado en contacto por teléfono”, explicó.
Los participantes
Martín Pineda solo podrá caminar los dos primeros y los dos últimos días de la Marcha sin Fronteras.
“Vamos a caminar carreteras, calles. En muchas partes, vamos agarrar un poco de transporte. En algunos lugares, algunas iglesias y compañeros nos van a dar comida y darnos techo para dormir”, comentó.
Pineda reveló que a él lo anima a participar el hecho de que siempre se apoyan los derechos de los inmigrantes que ya radican en EEUU, pero nunca de los que vienen. “Muchos salen de su país por la opresión económica, la violencia, la represión del estado. Por mis propios ojos, vi mucho de la represión que ocurría en Honduras. En ese momento, pensé que mucha gente iba a salir huyendo. Y cuando escuché de esta Caravana de Refugiados Vía Crucis, y que el 80% eran de Honduras, dije, lo sabía”, externó.
Pero lo que más lo impulsó a participar fueron los tuits del presidente Trump que criminalizaban a los que vienen en la Caravana y los llamaba invasores y pandilleros. “Cuando empezaron a hablar mal de ellos, sentí que tenía que hacer algo porque hay que cambiar la narrativa”, observó.