Castro, cuya muerte deja huérfana a la izquierda de Latinoamérica, falleció el viernes a los 90 años. Su hermano, el presidente Raúl Castro, anunció su muerte a través de la televisión estatal el sábado.
En su reacción inicial a la muerte de Castro, Trump no aclaró si cumpliría las amenazas que hizo al final de su campaña hacia la Casa Blanca, cuando dijo que daría marcha atrás con los pasos del presidente Barack Obama para restablecer las relaciones con el ex adversario de la Guerra Fría.
Pese a la resistencia del Congreso de su país, Obama usó sus poderes ejecutivos para flexibilizar restricciones financieras, al comercio y los viajes hacia Cuba, afirmando que era hora de intentar la vía diplomática después de que el embargo comercial de medio siglo no logró un cambio de régimen en la isla.
El primer comunicado de Trump sobre su política con Cuba desde que ganó la elección del 8 de noviembre, emitido desde West Palm Beach, Florida, donde su familia pasa las fiestas del Día de Acción de Gracias, no detalla si revertirá los avances hechos por Obama debido a preocupaciones sobre la libertad religiosa y política en la isla.
«Aunque no se pueden borrar las tragedias, muertes y dolor provocados por Fidel Castro, nuestro gobierno hará todo lo que pueda para asegurar que el pueblo cubano pueda al fin iniciar su viaje hacia la prosperidad y la libertad», dijo Trump en el comunicado.
«Si bien Cuba sigue siendo una isla totalitaria, es mi esperanza que el día de hoy marque un alejamiento de los horrores soportados por tanto tiempo, hacia un futuro en el que el maravilloso pueblo cubano al fin pueda vivir en la libertad que tanto se merece», agregó.
Trump acaba de empezar a completar la lista de altos cargos de su equipo de seguridad nacional y no ha elegido aún a su máximo diplomático -el secretario de Estado-, que jugará un destacado papel en la formulación de la política sobre Cuba.
La semana pasada nombró a Mauricio Claver-Carone, un lobista político que ha criticado con dureza los intentos de Obama por normalizar las relaciones con Cuba y respalda el mantenimiento del embargo de Estados Unidos contra la isla, para su equipo de transición en el Departamento del Tesoro.
La agencia es responsable de hacer cumplir las restricciones comerciales y de viajes que pesan sobre Cuba. Claver-Carone es director del Comité de Acción Política Democracia Cuba-EEUU y no pudo ser contactado de inmediato para comentar la situación.
El comunicado de Trump pareció más moderado respecto a la retórica que utilizó al cierre de su campaña para referirse a su política sobre Cuba, dijo un funcionario de inteligencia de Estados Unidos a Reuters, hablando bajo condición de anonimato.
«Este podría ser un lugar donde sus intereses de negocios lo inclinen a adoptar un curso más pragmático, incluso si eso enfada a elementos anti castristas de línea dura de ambos partidos», dijo el funcionario a Reuters.
Un segundo funcionario destacó que los asesores de política exterior nombrados hasta la fecha por Trump no son conocidos por tener algún interés particular en Cuba. Esto podría significar que su equipo económico tendrá más influencia sobre la política con Cuba, lo que podría llevar a una postura más pragmática que la expuesta durante la campaña.
Una política agresiva de Trump podría cerrar oportunidades lucrativas para empresas de Estados Unidos y entregárselas a sus rivales de Europa o Asia, perjudicando a compañías como American Airlines, que iniciará el lunes sus vuelos comerciales a La Habana por primera vez en medio siglo.