Florida.- Aunque el aborto es legal en Estados Unidos, acceder a ese procedimiento de manera segura será más complicado en el estado de Florida, luego de que el gobernador Rick Scott firmara una ley similar a la que se encuentra vigente en Texas que dificulta el acceso al procedimiento y ha provocado el cierre de más de la mitad de las clínicas a las que las mujeres acudían para interrumpir su embarazo de forma segura.
«Como resultado de este proyecto de ley, miles de personas en toda Florida ya no podrán acceder a la atención esencial en materia de salud reproductiva, detección del cáncer, control de natalidad, y exámenes de bienestar», declaró Cecile Richards, presidenta de Planned Parenthood al diario Orlando Sentinel.
«Esta cruel medida está diseñada para quitar el cuidado de la salud a los grupos de mayor riesgo», agregó.
La ley, que se hará efectiva el 1 de julio, solicitará a los médicos que realicen abortos tener privilegios de admisión en algún hospital cercano con servicios de obstetricia y ginecología. También impone inspecciones a las clínicas que tienen licencias y prohibiciones de venta, compra o transferencia de material fetal.
Abortar en Estados Unidos es legal desde el año 1973 (Roe v. Wade). Sin embargo, desde entonces, distintas iniciativas han intentado desafiar su legalidad.
La normativa vigente se rige por el caso Planned Parenthood v. Casey (1992), que asegura que los estados pueden establecer restricciones, con tal de que éstas no representen un obstáculo sustancial para que una mujer pueda abortar.
La ley en la que se enfoca el caso en cuestión, Whole Woman’s Health v. Hellerstedt, es la House Bill 2. Defensores aseguran que su objetivo es proteger a las pacientes y dar tratamientos de emergencia a quienes se practican abortos, por si ocurren complicaciones.