San José.- El Gobierno de Costa Rica ha anunciado que la crisis migratoria, que ha afectado a casi 8.000 ciudadanos cubanos que buscaban llegar a Estados Unidos, está cerca de llegar a su fin. Después de 100 días de atención humanitaria, de soluciones legales, de negociaciones políticas internacionales y, por supuesto, de desencuentros regionales, el Ejecutivo de Luis Guillermo Solís contempla que la situación de estas personas se termine de solucionar a finales de marzo.
Aún quedan 1.800 cubanos en 26 albergues, informó Iván Brenes, presidente de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE). El grueso se ha marchado por el corredor humanitario rumbo al norte (con billete autofinanciado) y otros prefirieron aventurarse con las redes de tráfico de personas. Unos 50 siguen esperando la orden de deportación a un tercer país. El ritmo de salida de los migrantes es casi de 600 por semana y el cálculo es cerrar el proceso a fin de mes, salvo algún atraso que ocasione las fechas de Semana Santa, precisó Brenes.
El paso de ciudadanos cubanos por Centroamérica es un fenómeno que ha ido creciendo los últimos años pero que se ha intensificado con el restablecimiento de las relaciones entre EE UU y Cuba por el temor a que se elimine la Ley de Ajuste Cubano (1961), que otorga facilidades a los isleños para tener la residencia estadounidense. La crisis de los migrantes cubanos estalló el pasado 15 de noviembre cuando Nicaragua, aliado político de Cuba, decidió cerrar su frontera aduciendo riesgos para la seguridad y soberanía del país, lo que provocó que casi 8.000 cubanos se amontonasen en Costa Rica.