lunes, mayo 20, 2024

Hispano asegura haber sido torturado por agentes de ICE

El Paso.- Las huellas físicas de la presunta golpiza recibida por parte de Joaquín Bravo Fuentes, a manos dice él de dos agentes de la Oficina de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) ya desaparecieron, pero el daño psicológico quizá perduró, pues este latino denuncia quefue torturado en el interior de un vehículo y amenazado de muerte por los policías federales.

“Ahorita sí te vas a morir, hijo de tu pu…madre, para que ya dejes de estar ching…y te calles la pu…boca”, fueron algunas frases soeces utilizadas por los agentes, narró Bravo Fuentes. “Ahora sí te va a cargar la chin…”.

La mañana del 24 de octubre, alrededor de las 8:18 de la mañana, dos agentes arribaron al domicilio de Van Nuys del hombre nacido en Matamoros, Puebla, porque, presuntamente fueron enviados por un juez “para saber si se estaba portando bien”.

Un video obtenido por La Opinión muestra a los agentes cuando llegan al hogar del hombre, a quien esposan de pies y manos a la entrada del edificio.

La bolsa en la cabeza

Testigos presenciales, incluida una mujer y su hija, narraron que los agentes metieron a Bravo Fuentes con lujo de violencia a una camioneta Blazer donde lo golpearon.

“Ellos vinieron y tocaron la puerta tres veces; andaban como desesperados, me asomé por la ventana y me pidieron que saliera porque supuestamente mi camioneta estaba mal estacionada en la calle”, contó Bravo Fuentes. “Uno de ellos gritó ‘abre la pu… puerta o te tumbo la pu…ventana’; me vestí, abrí la puerta y ellos comenzaron a golpearme cuando me pusieron las esposas en las manos y me amarraron con cadenas en los pies”.

Los hechos sucedieron frente a los buzones del correo.

“¿Dónde están las medicinas?”, cuestionaron los agentes y supuestamente el agente de más baja estatura le pidió al otro “agarra un puño [de pastillas] y metéselas en la trompa”.

Bravo Fuentes debe tomar pastillas para la ansiedad, síntomas de esquizofrenia y trastorno por estrés traumático.

En la década de los años 90, dijo Bravo Fuentes a La Opinión, fue violado sexualmente en la cárcel para hombres del condado de Los Ángeles ; había sido apresado siete días por no pagar unas multas de tránsito.

“Yo nunca denuncié esto porque la agente del Sheriff que me llevó al hospital me advirtió que si le decía algo al médico me iba a regresar a la cárcel y que me sucedería lo mismo [violación] tres veces más y sería peor”, rememoró. “Ella siempre estuvo a mi lado y al doctor le dijeron que estaba enfermo y tenía neumonía”.

A causa de la violación, tres psiquiatras le detectaron Trastorno de Estrés Postraumático (PSTD), depresión y síntomas de esquizofrenia. Fue inhabilitado para trabajar de por vida.

Golpiza

En el incidente del pasado 24 de octubre, Bravo Fuentes dijo que fue empujado brutalmente al interior de la camioneta Blazer gris,

Allí, recostado en el asiento trasero fue cuando supuestamente le colocaron una bolsa en la cabeza. “Lo trataron muy mal”, dijo Mónica N., (nombre ficticio) una vecina de Joaquín, quien fue testigo de los hechos junto con su hija. “Lo estaban torturando; yo jamás había visto algo así en mi vida; se supone que las autoridades están para protegerlo a uno y no hacer lo que hicieron con este señor”.

“No me acuerdo si eran bolsas de plástico o de lona; lo único que yo sé es que pensé que me iban a matar y desesperado gritaba a la gente que llamara a la policía y a mi esposa”, dijo. “Ellos decían ‘le corriste a la policía, pero con nosotros te vas a chin…”.

De víctima a victimario

Presuntamente, el hombre de origen mexicano de 47 años de edad era buscado por un caso de violencia doméstica de 2010, en contra de su expareja. El hijo de ella era un pandillero de Pacoima y junto con otros cuatro individuos le propinaron a él una golpiza que lo dejó irreconocible.

“Mira cómo lo dejaste”, reclamó la mujer a su hijo. En casa, padrastro e hijastro volvieron a pelear y la mujer intervino para separarlos.

Sin embargo, cuando arribó la policía, el arrestado fue Bravo Fuentes.

Ya liberado, en cierta ocasión se tomó una cerveza cerca de su casa. La policía lo detectó, pero huyó en su automóvil por la autopista 5 y fue arrestado. Un juez de la corte de San Fernando dictaminó en su contra cinco años de probatoria que cumplió totalmente en 2015.

“Me querían dar cuatro años en una cárcel de Sacramento, pero el abogado defensor público y los psiquiatras le dijeron al juez y al fiscal de distrito que si yo había huido era por el pánico que tengo a la policía”, dijo. “Dijeron que yo sabía distinguir lo bueno y lo malo, pero mi asunto mental era que tenía mucho miedo de que si me encerraban me fueran a hacer lo mismo [violar]; por eso me dieron los cinco años de probatoria de drogas y alcohol que ya cumplí”.

En cuanto al incidente de este pasado mes, Bravo Fuentes y su pareja denunciaron el incidente en la estación de policía de Los Ángeles en North Hollywood el miércoles 26 de octubre.

El reporte policial del agente M. Cooper señala que: “Los sospechosos tocaron la puerta del denunciante, diciendo que eran agentes de Seguridad Nacional. Golpearon la víctima en su vehículo después de haber sido confrontados por la testigo (novia)”.

La pareja recibió posteriormente una llamada y de la policía de North Hollywood donde les indicaron que el apellido de uno de los agentes de DHS era “Ramos”.

Aunque en principio Virginia Kice, portavoz de la agencia federal dijo que desconocía haber escuchado acerca del operativo de “dos agentes de DHS” en Van Nuys, cuestionó detalles sobre el uniforme que portaban los oficiales o si el señor Bravo Fuentes estaba bajo custodia, posteriormente respondió a La Opinión con un comunicado.

“El personal del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) realiza operaciones cada día en distintos lugares del país, como parte del esfuerzo continuo de la agencia para proteger a la nación y promover la seguridad pública”, indica el comunicado.

“El material de archivo que usted recibió muestra a los agentes de una de las operaciones de Fugitivos de ICE tratando de localizar a un hombre objeto de detención en el área de Van Nuys”, agrega la misiva.

“Los operativos del equipo de fugitivos en libertad condicional tienen la tarea de localizar y detener a criminales y otros fugitivos de inmigración que entren en las prioridades de control de la Agencia, incluidas las personas con condenas anteriores por delitos graves o violentos”.

Concluye que: “ICE mantiene sus funcionarios con los más altos estándares de conducta profesional y cualquier acusación de abuso de autoridad o falta se hará referencia a la entidad o entidades apropiadas para su revisión”.

Bravo Fuentes recuerda que uno de los agentes que supuestamente lo golpearon le dijo a su compañero, “Hoy no se va a poder hacer el trabajo. Hay muchos testigos”.

Liberado después de la golpiza y atendido en varios hospitales, ahora Bravo Fuentes entra en pánico cada vez que alguien toca a la puerta de su departamento.

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