Denver – Estados Unidos.- La vida de Kelly González Aguilar ha sido difícil, pero ahora su situación emocional y psicológica empeora cada día tras más dos años en un centro de detención de inmigrantes.
La indocumentada transgénero no ha estado en libertad desde que solicitó asilo en Estados Unidos, un tiempo en el que en muchos casos pasa las 24 horas del día sola en una celda y el único contacto humano es con un guardia cuando éste le pasa la comida.
Ha estado en centros de detención en Louisiana, Nuevo México y ahora Denver sin que acabe el calvario que esta hondureña de 23 años está viviendo.
Jordan García, miembro del Comité de Servicio de Amigos Americanos, denunció que en reclusión el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) “le negó (a González Aguirlar) el tratamiento de hormonas recibía antes de ser arrestada”.
Tania García, del Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes, dijo que su defendida no ha sido acusada de ningún delito, solo no asistió a audiencias federales de inmigración por desconocimiento de las fechas de las citas.
González Aguilar salió de su país con tan solo 12 años. Se fue a vivir sola a México huyendo de la discriminación y abusos, que en incluso hubo dentro de su familia, tan solo por su identidad de género.
En México fue víctima de tráfico de personas, de abuso sexual y de trabajo forzado durante cinco años, hasta que huyó a Estados Unidos.
“Kelly sólo buscaba vivir una vida segura, libre y sin temor. Por el contrario, Estados Unidos encerró a Kelly, la mantuvo en confinamiento solitario durante meses y la aisló de su comunidad”, lamentó Jordan García.
“Puedo contar todos los pormenores del caso desde el punto de vista legal. Pero, en definitiva, Kelly sigue detenida. Emocional y psicológicamente es muy malo para ella porque no sabe si va a seguir detenida por otros dos días u otros dos años”, dijo Tania García, quien también es representante legal de la inmigrante hondureña.