Río de Janeiro.- Para tener energía para correr, nadar y saltar vallas, los atletas necesitan comer bastante. Durante las Olimpiadas de 2012 en Londres, la cocina de la Villa Olímpica atendió a 16,000 competidores y funcionarios de 200 países. Las instalaciones alimenticias en Río de Janeiro también están preparadas para servir cantidades gigantescas de comida. Una cocina con el tamaño de dos campos de fútbol americano preparará 60,000 comidas al día, según reportó CBC. Los bufés estarán llenos de frutas açaí, frutas estrellas, arroz con frijoles y comida de todo el mundo.
Pero incluso el atleta más hambriento no es un pozo sin fondo, por lo que es probable que sobre comida. Esta no se destinará para la basura: un puñado de chefs famosos están ayudando a que este alimento vaya a los más necesitados, en vez de terminar entre los basureros de los Juegos Olímpicos.
Liderado por los chefs y activistas Massimo Bottura y David Hertz, el equipo culinario rescatará comida sobrante de los servicios de la Villa Olímpica a partir del 9 de agosto. El equipo pronostica que recibirá unas 12 toneladas de sobras recuperadas de la cocina y que esto debe de ser suficiente para preparar 100 cenas cada noche a lo largo de la competencia.
De manera gratuita, se ofrecerá comida a los residentes necesitados del vecindario Lapa. La ciudad de Río donó un espacio para el proyecto, el cual es una colaboración entre la iniciativa alimenticia sustentable del comité olímpico, la organización Gastromotiva de Hertz y Food for Soul, una organización sin fines de lucro del chef Bottura. Durante el último mes, equipos de construcción han estado renovando el local donde se realizará esto, el cual después de los Juegos Olímpicos servirá de centro comunitario, ofreciendo programas alimenticios educativos y clases de cocina.
Los organizadores dicen que les pedirán a trabajadores sociales y a organizaciones benéficas locales que corran la voz a los residentes, y creen estimulará cambios a largo plazo en comportamientos de uso de los alimentos sobrantes. “Necesitamos investir de poder a la gente del lugar”, dijo Hertz en una declaración. “Ellos pueden lograr el cambio”.
Mientras tanto, no todos los residentes de las muchas favelas de Brasil han recibido bien las Olimpiadas. En el período previo a los Juegos, ha habido reportes entre pandillas locales tratando de marcar sus territorios y policías armados han establecido una presencia que algunos residentes encuentran desconcertante. En algunos casos, residentes de favelas fueron echados de sus casas para hacer espacio para los estadios y las otras instalaciones que han aumentado la deuda del país. Aún está por verse si las comidas pueden apaciguar aún fuertes las tensiones entre los más necesitados de Río y las autoridades.
El equipo de alimentos y bebidas de las Olimpiadas está abordando el desperdicio de alimentos de varias frentes. De acuerdo explicaron al sitio culinario Eater, las instalaciones están comprometidas con obtener alimentos de fuentes sostenibles y que las comidas se sirvan en platos ecológicos y biodegradables.
El problema de desperdicio de alimentos también es una preocupación de organizaciones comunitarias y políticos en otras partes de Brasil. A lo largo del país, un 35% de las frutas y verduras de tiran a la basura, incluso antes de llegar a las mesas. Más alimentos se pierden después y, en Sao Paulo, el concejo de la ciudad está revisando un proyecto de ley que requerirá que las empresas donen todos los alimentos que aún no se han usado, pero que todavía son aptos para el consumo.
Este proyecto podría o no iniciar un cambio en el panorama de consumo alimenticio y su desperdicio. Pero, al menos en Río, este es un llamativo comienzo.