miércoles, octubre 2, 2024

El mundo grupero en México en la mira de los criminales

Ciudad de México.- El asesinato de Blanca Vianey Durán Brambilia, expareja del cantante Valentín Elizalde –quien también fuera asesinado en 2006–, ha reabierto la herida de los crímenes en el ámbito de la música grupera en México, que de forma paralela al espectáculo, ha sufrido la pérdida de sus integrantes por disparos de bala.

Apenas en octubre de 2014, la popular banda mexicana El Recodo reportaba la desaparición de su trompetista Aldo Sarabia. Días después, las autoridades encontraron el cuerpo sin vida del músico justamente en el sitio que da nombre a la agrupación: El Recodo, Sinaloa. Aldo tenía múltiples golpes en el cuerpo y una herida de bala en la nuca.

Según las investigaciones de la fiscalía local, se trató de un crimen pasional, perpetrado por Alma Delia Chávez, la esposa de Sarabia, y del amante de ésta, Yahir Alfredo Sandoval. Ambos fueron detenidos y podrían enfrentar una condena de entre 30 y 50 años de prisión.

La familia Lizárraga –fundadora de El Recodo– ya había sufrido en enero de 2011 la pérdida de uno de sus integrantes, cuando fue baleado Alberto Lizárraga afuera del bar Antares en Mazatlán, Sinaloa.

El que fuera clarinetista del grupo Estrellas de Sinaloa se encontraba afuera del bar cuando llegó un comando armado a bordo por lo menos de dos camionetas. Seis personas murieron en el lugar, Alberto Lizárraga entre ellas. Otras 21 resultaron lesionadas.

Los cantantes de narcocorridos han sido otras víctimas recurrentes de la violencia criminal. En mayo de 2014, el cantautor de estas piezas Tomás Tovar Rascón, mejor conocido como Tito Torbellino, se encontraba comiendo en un restaurante de Ciudad Obregón, en Sonora, cuando fue atacado a balas y murió apenas minutos después, tras ser trasladado a un hospital.

De acuerdo a las autoridades, el homicida del cantante fue Carlos Montes Pacheco, de 26 años, quien fue abatido también en Ciudad Obregón dos meses después por un agente de la Policía Estatal Investigadora (PEI) en una fiesta, después de que Montes abriera fuego contra una mujer. La investigación del caso sigue abierta.

“El Halcón de la Sierra”, alias del cantante Fabián Ortega Piñón, fue asesinado en una carretera de Chihuahua en octubre de 2010, junto con otras dos personas.

Un año antes de su muerte, en julio de 2009, se le detuvo en un operativo en Ensenada, Baja California, mientras se encontraba en un yate con un presunto operador financiero de Teodoro García Simental “El Teo” o “El Tres Letras”, un narcotraficante mexicano que actualmente se encuentra recluido en el penal de máxima seguridad de El Altiplano.

Sergio Vega, más conocido como “El Shaka”, murió en junio de 2010 mientras iba a bordo de un vehículo Cadillac rojo en una carretera de Los Mochis. El automóvil recibió más de 30 impactos de arma de fuego.

Otro famoso intérprete de narcocorridos que fue asesinado fue el ya mencionado Valentín Elizalde, muerto en 2006 tras participar en la Expoferia de Reynosa, en Tamaulipas. Dos de sus colaboradores fallecieron junto al llamado “Gallo de Oro”, cuya muerte sigue rodeada de circunstancias misteriosas.

La camioneta en que quedaron sin vida los tres cuerpos presentaba más de 70 disparos de armas de grueso calibre, lo que ha elevado la sospecha de que fue un grupo narcotraficante quien perpetró el crimen. El caso, a la fecha, sigue sin resolverse.

Un caso igualmente misterioso y vinculado con los narcocorridos es el del cantante Adán Chalino Sánchez, que falleció en marzo de 2004 en un accidente automovilístico. Sin embargo, las suspicacias se despiertan cuando se recuerda que en el mismo sitio, 12 años atrás, fue asesinado su padre, Chalino Sánchez, a quien se le atribuye la creación de este controvertido tipo de letras.

La opinión pública de México y de otras partes del mundo se estremeció tras el crimen del grupo Kombo Kolombia.

Los cuerpos de 17 de sus integrantes fueron hallados sin vida en enero de 2013 en una noria en Nuevo León. Uno de los miembros de la agrupación logró sobrevivir al ataque y dio aviso a las autoridades, quienes realizaron el hallazgo.

Por la confesión del líder criminal José Isidro Cruz Villarreal alias “El Pichilo”, las autoridades de Nuevo León supieron que el homicidio múltiple fue ordenado por el cártel narcotraficante de Los Zetas, quienes se sintieron traicionados por el grupo musical cuando la banda comenzó a presentarse en actos financiados por miembros de su banda rival, el cártel del Golfo.

En diciembre de 2007, Zayda Peña, vocalista del grupo “Los Culpables”, sufrió un atentado en un hotel de Matamoros, Tamaulipas, en el que murieron dos personas y ella resultó herida con un disparo en la espalda. Peña fue trasladada a un hospital de la localidad, hasta donde volvió a sufrir un atentado, esta vez fatal.

También en diciembre de 2007, tras una presentación en Morelia, Michoacán, un comando armado secuestró a Sergio Gómez, el vocalista del grupo K-Paz de la Sierra. Su cuerpo sin vida apareció con evidentes huellas de tortura abandonado en una carretera.

Varios miembros de su grupo musical declararon que Gómez había recibido amenazas de muerte y que incluso se le “prohibió” telefónicamente que fuera a Michoacán.

Un año antes fue asesinado también en Michoacán Javier Morales Gómez, del grupo Los Implacables del Norte, mientras se encontraba en un parque hablando por teléfono. Los agresores, detallaron las pesquisas, escaparon a bordo de un automóvil blanco con vidrios polarizados.

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