Washington.- El Departamento de Justicia de Estados Unidos, sentenció a 11 años de prisión a un hombre de 35 años de edad por tráfico sexual de una menor.
El detenido fue identificado como Dominique Terrel Gonzales, quien también tendrán 15 años de libertad supervisada, tras declararse culpable de un cargo de tráfico sexual de una menor.
En un comunicado, detallaron que “Gonzales se encuentra bajo custodia federal desde su arresto por posesión ilegal de armas de fuego en agosto de 2020. El tribunal ha fijado la fecha de la audiencia de restitución para el 18 de agosto”.
“Según documentos judiciales, Gonzales conoció a la víctima cuando ella tenía 13 o 14 años. En julio y agosto de 2020, cuando la víctima tenía 17 años, Gonzales la indujo a participar en actos sexuales con fines comerciales. Organizó sus viajes a través de las fronteras estatales y dirigió sus actos en un apartamento alquilado en Portland, Oregón. Gonzales cobraba las ganancias ilícitas y controlaba a la víctima mediante diversas reglas que implementaba”, detalló la sentencia.
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Perpetró por varios años delitos contra las mujeres
Al respecto, el fiscal general Adjunto Harmeet K. Dhillon, de la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia, destacó que “la sentencia de hoy responsabiliza al acusado por la conducta delictiva que perpetró durante años en el Distrito Oeste de Washington”.
“Los depredadores que atacan y coaccionan a personas vulnerables enfrentan sanciones debidamente graves bajo la ley federal, y el Departamento de Justicia seguirá buscando sentencias significativas para reivindicar los derechos de las víctimas de trata de personas”, afirmó.
Por último, la Fiscal Federal Interina Teal Luthy Miller para el Distrito Oeste de Washington, afirmó que “durante años, este acusado utilizó la violencia, las amenazas y la coerción emocional para obligar a mujeres jóvenes vulnerables a tener relaciones sexuales con desconocidos y a entregarle sus ganancias”.
“Se aprovechó de adolescentes y mujeres jóvenes inseguras y alejadas de sus familias. Para mantener el control sobre sus víctimas, Gonzales las golpeaba físicamente, las agredía verbalmente y las obligaba a instalar programas de rastreo en sus teléfonos celulares para poder seguir todos sus movimientos. Utilizó todos los medios necesarios para asegurarse de que sus víctimas se dedicaran a la prostitución para financiar su lujoso estilo de vida” acotó.
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