Charlotte, NC.- Expertos como Erika Urbáez destacan la estrecha conexión entre la lactancia materna y la prevención de la obesidad infantil.
La consultora internacional certificada en lactancia conversó con Progreso Hispano News sobre la importancia de la lactancia en los bebés.
Varios estudios demuestran la relación entre la lactancia materna y un menor riesgo de sobrepeso y obesidad en los niños, afirmó Urbáez.
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Ella es la creadora del método prolactancia y ofrece a las madres ayuda para completar un proceso amable y saludable de alimentación de los bebés.
Un escudo contra la obesidad infantil
La lactancia es a demanda, explica la especialista. Esto significa que todos los bebés tienen un mecanismo de alerta de hambre y satisfacción.
“Si un bebé tiene hambre, pide comida, le damos comida, cuando llena su capacidad gástrica no hay poder humano que lo haga comer más. Este mecanismo de hambre y satisfacción permite que coman la cantidad necesaria en bloques muy cortos de tiempo y vuelvan a comer rápidamente porque los bebés no pueden acumular energía”.
Esta es la primera base teórica del porqué la lactancia previene la obesidad. «Sencillamente se come cuando se tiene hambre y se deja de comer cuando no se tiene», explicó.
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Erika Urbáez explica que cuando se le da fórmula a los hijos, no hay nada que preocupe más a una madre que su bebé no se tome todo. Pero, ella dice que el bebé es quien marca su sistema de satisfacción.
Señala que las leches o fórmulas infantiles están aprobadas; sin embargo, hay que tener en cuenta que sus componentes contienen cantidades de grasas y azúcares.
Un sistema que no apoya la lactancia manterna
La consultora cree que el sistema no está facilitando la lactancia. En el caso de Estados Unidos, existe cierta infraestructura o espacios para promocionarla, pero cuando te registras como embarazada en un hospital, te entregan una caja de fórmula infantil “por si acaso”.
Esto se traduce en “meterte en la cabeza que no eres suficiente porque saben que hay una debilidad en el conocimiento que tenemos las mujeres sobre la posibilidad de alimentar a nuestros hijos”.
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Esta debilidad es histórica. “Yo me doy cuenta de que los pechos son para amamantar cuando soy adulta, la Barbie amamantadora no existe, pero sí el muñequito, el bebecito, al que le diste tetero (en tus juegos durante la niñez)”.
Asimismo, comentó que muchas madres son empujadas a dejar de amamantar debido al trabajo, un espacio en el que no reciben el apoyo suficiente en tiempos para continuar la lactancia.
Urbáez destaca que la ley de extracción de leche en el trabajo entró en vigencia este año pautando tiempos específicos que, según dijo, son menores en minutos sumados al tiempo respetado para las personas que fuman en una jornada de ocho horas de trabajo.
«Hagamos que la lactancia sea posible»
Ella insiste en la necesidad de apoyar la lactancia e hizo un llamado a las madres. A la primera señal de molestia, duda o dolor, pide ayuda. “La experiencia de tener una buena lactancia no tiene precio con respecto a abandonar”.
Además, insiste en que hay que entender que existe un sistema antilactancia. “El mundo no está protegiendo la lactancia y solamente iniciativas individuales están buscando que cada mamá se llene de conocimientos para poder continuar”.
Recomendó a las madres que conversen y abran los espacios para que puedan ser productivas y protejan sus deseos de continuar la lactancia que, por cierto, es recíproca porque proporciona salud para cada mujer.
Urbáez se sumó a la Semana Mundial de la Lactancia Materna que se celebra del 1 al 7 de agosto, cuyo lema es “Hagamos que la lactancia sea posible”.
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