Paris, Francia.- En un discurso en el Memorial de Kigal, este viernes, el presidente francés Emmanuel Macron, declaró la participación de Francia en el genocidio de los tutsis en la década de los 90’s.
En un discurso emotivo y calculado, Macron hizo declaraciones importantes sobre este hecho, «Un genocidio tiene una genealogía, una historia, una diana. Los asesinos tenían una única obsesión criminal, la erradicación de los tutsis, de todos los tutsis. Un genocidio se prepara para abolir la humanidad del otro, se instala a través de humillaciones cotidianas… luego desencadena el odio absoluto, la mecánica del exterminio»
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Al mismo tiempo, el presidente no admite la complicidad de sus Fuerzas Armadas en el genocidio. Sin embargo, en su discurso dejó trazos dignos de recuperar, por ejemplo, «reconocer las responsabilidades» de Francia en la matanza de 800.000 tutsis, último genocidio del siglo XX».
Continuando, Macron llama al perdón, «los que atravesaron la noche puedan perdonar, nos hagan el don de perdonarnos».
Macron delimitó la actuación de Francia en el genocidio de Ruanda
Delimitando el papel de Francia, Macron, dijo, «Los asesinos no tenían el rostro de Francia. La sangre que corrió no deshonró a nuestras tropas ni las manos de nuestros soldados que vieron con sus ojos lo innombrable, curaron las heridas y ahogaron las lágrimas»
Así describió Macron la Operación Turquesa ejecutada por Francia, bajo el mandato de la ONU. Y continuó, «Pero Francia tiene un papel, una historia y una responsabilidad política en Ruanda».
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El presidente francés, también habló de la omisión, «Francia no escuchó las voces que le alertaron.» Y por lo tanto «tiene una responsabilidad abrumadora en el engranaje que condujo a lo peor. (…) Con humildad y respeto vengo a reconocer la amplitud de nuestras responsabilidades».
Discurso acogido con el silencio de los presentes
En un recorrido cronológico estima que entre 1990 y 1993, el gobierno francés «despachó en cantidades considerables armas y municiones». Luego se mantuvo «ciega» sin «abandonar la condena equilibrada de las matanzas cometidas por los dos bandos».
Lo que omitió Macron del informe es al responsable del fracaso, «El presidente François Mitterrand. Quien mantenía una fuerte y directa relación con el jefe del Estado ruandés. Relación que explica la gran implicación de todos los servicios del Elíseo. A la inquietud de ministros, parlamentarios, altos funcionarios e intelectuales respondió con la indiferencia, el rechazo o la mala fe».
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