Tarim, China.- El estudio genómico de las momias de la cuenca del Tarim, en el oeste de China, desvelado que esos enigmáticos restos humanos pertenecen a una población indígena que, en la Edad del Bronce, estaba genéticamente aislada, pero que era culturalmente cosmopolita.
Las momias desconcertaron durante mucho tiempo a los científicos e inspiraron numerosas teorías sobre su origen. Según los científicos, esta población estaba aislada genéticamente, pero no así culturalmente.
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Asimismo, a finales de la década de 1990, en la cuenca del Tarim, se descubrieron cientos de restos humanos momificados de forma natural que datan de entre el 2.000 a.C. y el 200 d.C., de aspecto físico «occidental», ropas de lana tejidas y de fieltro, y una economía basada en el ganado vacuno, ovino y caprino, el trigo, la cebada, el mijo y el queso kéfir.
Estudio demostró que las momias eran descendientes de las poblaciones locales. Los afanasievo, un grupo con fuertes vínculos genéticos con la Edad de Bronce Temprana
Tras realizar un análisis genético de dos grupos de momias de la cuenca de Tarim (China), han llegado a la conclusión de que eran una población autóctona.https://t.co/9pOURTt5t4
— Historia National Geographic (@HistoriaNG) November 1, 2021
Por estas razones, algunos científicos creen que por el ganado y su inusual aspecto físico, podría tratarse de los Yamnaya. Una población de pastores de la Edad de Bronce procedente de las estepas rusas que en pocos siglos se propagó por el resto de Eurasia.
The genomes of 13 remarkably preserved 4,000-year-old mummies from the Tarim Basin suggest they weren’t migrants who brought technology from the west, as previously supposed https://t.co/M9XedD84qr
— nature (@Nature) October 31, 2021
Otros sitúan sus orígenes entre las culturas de los oasis del desierto de Asia Central del Complejo Arqueológico de Bactriana-Margiana (BMAC), un grupo con fuertes vínculos genéticos con los primeros agricultores de la meseta iraní.
En este estudio, los investigadores de la Universidad de Jilin, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania), de la Universidad Nacional de Seúl (Corea) y de la Universidad de Harvard analizaron los datos del genoma de trece de esas momias, fechadas entre 2.100 y 1.700 a.C., y de cinco individuos de entre 3.000 y 2.800 a.C. de la vecina cuenca de Dzungarian.
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Las conclusiones del estudio, en Nature, se basan en el primer estudio genómico de las poblaciones prehistóricas de la región autónoma de Xinjiang Uyghur, situada en medio de la Ruta de la Seda y considerada un cruce de caminos para la cultura, la agricultura y los idiomas de Oriente y Occidente.
El estudio revela también que los grupos de la cuenca del Tarim estaban aislados genéticamente pero no culturalmente. Así, demostró el análisis proteómico de su cálculo dental que confirmó que sus individuos practicaban la cría de ganado vacuno, ovino y caprino. Además, conocían bien las diferentes culturas y tecnologías de su entorno.
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