jueves, noviembre 21, 2024

Año caro y sangriento

Con la pandemia del Covid – 19, las cifras económicas se dispararon a lo más alto este año, sin dejar tregua a nadie para poder esconderse. Las multinacionales empresas temblaron ante la escasez de mano de obra. Una falta de liquidez, a muchas, las hizo quebrar y las que quedan sobreviven aún. La diferencia en estos casos es que el sistema dolarizado norteamericano protege en gran porcentaje al inversionista, no a todos, pero permite acogerse al sistema proteccionista del gobierno federal; esto es que, existen fondos tangibles porque el dolar es la moneda más fuerte del mundo, a pesar de su cotización que en ciertas ocasiones diere del marco alemán o el euro, pero sin que a la Reserva Monetaria del Banco Central de los EE.UU., la preocupe.

Lo sufre los consumidores

El resultado de esta subida de precios, lo sigue sufriendo el pueblo consumidor, con el adherente de que este país carece de control de precios; sino quién hace negocio con un margen de utilidad legal y razonable?, casi nadie; porque a título de que le vendieron con precios altos al consumidor directo,  “la guillotina», no sale de la cabeza … Si no preguntemos, a cuántas empresas o intermediarios han multado o los han llevado a Cortes Civiles en la Union Americana? a nadie. Y por fin, qué autoridad de control ha hecho respetar los derechos que tiene el consumidor y que existe una ley, la Ley al Consumidor ?, nadie. 

Los reportes de prensa hacia el consumidor en los 50 Estados de la Unión Americana, prueban que con las quejas ciudadanas en general, los sueldos no alcanzan a cubrir la canasta básica de los estadounidenses. Sin embargo, no hay que ignorar que una de la falta de la mano de obra en este país, obedece en gran parte a la ayuda económica hacia millones de personas que aún reciben dinero del gobierno federal y, eso ha hecho escasear la mano de obra y profundizar la crisis empresarial por la que aún estamos inmersos.

Efectos devastadores

La guerra de Rusia hacia Ucrania, sigue haciendo efectos desbastadores dentro de la economía mundial. Miles de contenedores permanecen en puertos de Latinoamérica y EE.UU., cargados de mercaderías sin poderlas sacar por falta de mano de obra. El precio del barril de petróleo llegó a fijarse en más de $120.00 y eso motivó a que el precio de la gasolina como derivado petrolero, en muchos Estados de la Unión Americana haya llegado a más de $ 7.00 por galón; aunque por la llegada de estas fiestas decembrinas su precio se haya reducido, pero sin garantizarlo a futuro.

La invasión de Rusia a territorio ucraniano, no solo es preocupación económica a este país, es de suprema situación emergente porque se siguen perdiendo diariamente vidas humanas. Las diligencias de los países del occidente que pertenecen a la OTAN, no han tenido la capacidad para detener al criminal más grande en este siglo XXI, al sanguinario Putin, que a estas alturas ya debería estar sentenciado a cadena perpetua por crímenes de lesa humanidad ante la Corte de La Haya.

Apresando y condenando a Putin

No es suficiente el apoyo económico y armamentista de los EE.UU que brinda a Ucrania, para contrarrestar los ataques bélicos de los rusos contra la población ucraniana, que son comandados por el presidente Putin. Esta guerra debe terminar apresando y condenando al comunista ruso, que es el autor de tanto derramamiento de sangre ante un inocente pueblo que solo defiende su libertad y la paz dentro de su territorio.

Y, dentro de esa realidad, lamentablemente, primero, tenemos que corregir siendo muy inteligentes para reconocer que, no se puede lograr estos propósitos si no aceptamos que vivimos en un mundo dividido lleno de ambiciones maliciosas, que lo que estamos haciendo los seres humanos en destruirnos los unos a los otros. Seguramente, las lágrimas derramadas en estos últimos días por el Papa Francisco, sobre la situación de Ucrania y su pueblo, nos da un mensaje muy claro: “ que si no detenemos a la bestia disfrazada de humano, ( Putin) el mundo atravesaría un colapso en su paz terrenal ”. y que para muchos geopolíticos, la traducción literaria es prepararse para una tercera guerra mundial, a la que nadie está listo y que los líderes del mundo están obligados a detenerla y por supuesto, hay que evitarla a como de lugar y, consensual para diálogos permanentes a  fin de que no peligre la paz.

La tensa crisis social mundial, ha llevado al Papa Francisco, a derramar lágrimas por un pueblo que extingue sus vidas por una criminal guerra. Y la pregunta que todos podríamos hacernos es de qué manera más efectiva podemos detenerla?. Quizás, nos pueda ayudar las lágrimas del Papa Francisco, o tal vez, este año caro y sangriento nos está limitando el tiempo de vida en el que deciden los criminales de guerra, o los ambiciosos del poder político que no terminan de extinguirse en el mundo actual.

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