Charlotte, NC.- Dos historias conmovieron a la comunidad esta semana, recordando la importancia de la solidaridad en los momentos más difíciles. Por un lado, Erica Contreras, madre de tres niños, enfrenta una dura recuperación tras un grave accidente automovilístico ocurrido el 7 de octubre. Por otro, la familia de Juan Cuartas Páez, un joven de 17 años asesinado frente a su casa, atraviesa un dolor profundo mientras busca recursos para cubrir los gastos funerarios.
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Erica Contreras viajaba con su esposo y sus tres hijos, de 8, 10 y 13 años, cuando sufrieron el accidente. Su hijo menor ya recibió el alta médica, pero los otros dos permanecen en proceso de recuperación. El niño de 10 años fue operado en el UNC Children’s Hospital y requiere cuidados intensivos, ya que todavía no puede caminar por sí solo. Su hija de 13 años continúa hospitalizada y será trasladada a WakeMed, donde permanecerá bajo tratamiento por al menos 12 semanas. Durante ese tiempo, tampoco podrá caminar y necesitará atención a tiempo completo.
Erica, además de atender a sus hijos, debe adaptar su hogar para garantizarles movilidad y seguridad. Planea construir una rampa y adquirir el equipo médico necesario, lo que la mantendrá sin poder trabajar durante meses. Por ello, abrió una campaña en GoFundMe titulada “Help Erica’s Children Recover and Rebuild”, donde busca apoyo para cubrir los gastos médicos y materiales de rehabilitación. Puede colaborar ingresando a: Help Erica’s Children Recover and Rebuild.
Mientras tanto, la familia de Juan Cuartas Páez, un adolescente de solo 17 años, enfrenta un dolor irreparable. El joven perdió la vida el pasado lunes alrededor de las 3 p.m., cuando un grupo de adolescentes lo atacó a balazos frente a la puerta de su casa. Su familia, sumida en la tristeza, necesita ayuda para costear el funeral y los gastos del cementerio. Para colaborar con ellos, está disponible la campaña Donate in Memory of Juan Pablo Cuartas Medina.
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Ambas familias atraviesan realidades distintas, pero comparten el mismo pedido: apoyo, empatía y unión. La comunidad ha comenzado a responder, demostrando que la solidaridad sigue siendo la fuerza más poderosa para reconstruir vidas.
