Manuela Richetti emigró a los Estados Unidos en enero de 2019 junto a su esposo desde su país natal, República Dominicana. Su esposo llevaba varios años viviendo en EE. UU. y no quería regresar, mientras que a Manuela le entusiasmaba la idea de comenzar una nueva vida fuera de su tierra.
Es así como inicia este vuelo, de una dominicana llena de alegría y ganas de salir adelante acompañada del amor.
En su país, Manuela se dedicaba a su profesión como esteticista, pero también trabajaba en el área de la aviación, y los fines de semana promocionaba productos para el cuidado de la piel.
Al llegar a Estados Unidos, comenzó trabajando como ayudante e intérprete en una peluquería, y luego pasó a una compañía de belleza como representante de ventas. Siempre estuvo enfocada en encontrar la manera de continuar haciendo lo que más le apasiona.
Dominicana querida
Extraña a su familia, amigos, el mar, su cultura, su gente y el clima caribeño. Sin embargo, con determinación y visión clara, logró emprender su propio negocio, un sueño que venía cultivando desde que vivía en República Dominicana.

Manuela nos cuenta: «Antes de llegar a Charlotte comencé a averiguar qué tenía que hacer para poder ejercer mi profesión en EE. UU. Hice lo que debía hacer y, poquito a poco, a todo el que conocía le contaba lo que hacía. Ahorré lo suficiente para mudarme a la localidad en la que actualmente estoy, para así poder crecer mi clientela y mi negocio. Hasta el sol de hoy, todo ha sido fructífero».
Puedes seguir a Manuela en su cuenta de Instagram: @naturskin.manuela, donde comparte su mensaje y se enfoca en la importancia del cuidado de la piel. La hemos visto participar en actividades especiales para latinas y mujeres, siempre con una sonrisa dispuesta para los demás.
Su mensaje para otros migrantes y para quienes dudan de su potencial es claro y poderoso:
«¡No lo hagas, no dudes! Si Dios puso en ti la idea de crear algo y salir adelante, ¡hazlo! Con fe, mucho amor, perseverancia, disciplina y paciencia, ¡lo lograrás!».
Gracias, Manuela. Te deseamos muchos éxitos.
Hasta la próxima historia,
Adriana Henríquez