Charlotte, NC.- Colin Granger estaba en plena temporada final de baloncesto universitario en Coastal Carolina, entrenando un día, un partido al siguiente y planeando su futuro jugando en Europa cuando su teléfono sonó con un mensaje de Instagram. Era del entonces veterano de los Seahawks, George Fant, quien le preguntaba a Granger si le interesaría pasarse al fútbol americano con la vista puesta en la NFL.
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— Carolina Panthers (@Panthers) April 8, 2025
Fue inesperado por varias razones, entre ellas que Granger no sabía quién era Fant.
«Para ser sincero, pensé: ‘No sé nada de eso'», dijo Granger entre risas, compartiendo la historia el lunes, una hora después de firmar lo que él llamó un contrato que le cambió la vida. «O sea, no, nunca había oído hablar de él».
Pero la cuenta de Instagram fue verificada, buscó el nombre en Google y, lo más importante, el mensaje era lo suficientemente intrigante como para tomarlo en serio.
Granger volvió a centrarse en el baloncesto durante el resto de la temporada, pero Fant se mantuvo en contacto. Se mantuvo en contacto con Granger y sus padres y les hizo saber que tenía una fuerte convicción de que el pívot de 2,03 m pasara a la posición de ala cerrada justo a tiempo para entrar en la plantilla de un equipo de la NFL durante la pretemporada.
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A los Chanticleers les quedaban siete partidos de temporada, y necesitaban ganarlos todos para llegar a March Madness. Pero también era hora de darle una respuesta a Fant sobre si habría alguna esperanza de entrenar a tiempo para unirse a un club.
En el primero de esos siete partidos, Granger anotó 19 puntos, su segunda mayor cantidad de la temporada, además de seis rebotes y un tapón. Pero los Chanticleers perdieron, y su temporada prácticamente terminó.
Granger ya había terminado la escuela el año anterior, graduándose de Western Carolina. Estaba tomando un par de clases para usar su último año de elegibilidad por COVID, pero no necesitaba los créditos. Así que al día siguiente de esa derrota, empacó su auto y pasó dos días conduciendo hasta la casa de Fant en Bowling Green, Kentucky.
Por primera vez desde octavo grado, estaba a punto de convertirse en jugador de fútbol.
Colin Granger es el primer graduado de la «Academia» de George Fant
Cuando George Fant estudiaba en la universidad de Western Kentucky, los entrenadores de fútbol americano de los Hilltoppers prácticamente le rogaron que dejara el baloncesto y se uniera a su equipo. Fant se dedicó a la cancha durante cuatro años y fue nombrado segundo equipo All-Conference durante tres temporadas consecutivas.
Tras darse cuenta de que podría tener un futuro más estable en el fútbol americano que en el baloncesto, Fant aprovechó su último año de elegibilidad para fichar por el equipo de fútbol americano Hilltoppers. Pasó un año estudiando para convertirse en ala cerrada con los entrenadores y su compañero Tyler Higbee. Participó en 12 partidos, pero no registró estadísticas ofensivas y dejó muy poco o ningún video.
Cuando Western Kentucky organizó un día profesional, ojeadores de todo el país vinieron para ver de cerca a Higbee. Pero Pat McPherson, entonces entrenador de alas cerradas de los Seattle Seahawks, no podía apartar la vista de Fant. Era tan atlético que entrenaba como ala cerrada, línea ofensiva e incluso línea defensiva.
McPherson hizo algunas llamadas telefónicas y, en base a esa actuación en el día profesional, Fant fue contratado como agente libre no reclutado con los Seahawks.
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Una vez en Seattle, se cambió a la línea ofensiva e incluso jugó como liniero receptor/ala cerrada en ocasiones. Lleva ocho temporadas en la liga y sigue sumando.
En otras palabras, sabe lo que se puede lograr al pasar del baloncesto al fútbol americano y lo que se necesita para impresionar en un solo entrenamiento. Es una experiencia específica, una que solo quienes la han vivido pueden comprender. Ahora, en lo que probablemente sea la segunda mitad de su carrera, Fant quiere transmitir ese conocimiento a través de un programa que, por ahora, simplemente llama La Academia.
Con información de Panthers
