Todos sabemos que después de las elecciones de noviembre 5, 2024, tenemos la mala o buena noticia. Si es la mala…, para aquellos que votaron por su candidata/o presidencial y no ganó, es mala la noticia … y, para aquellos que votaron por su candidato/a presidencial y a lo mejor ganó, es buena… Sin embargo, no es una curiosidad vanidosa, pero nos inquieta, porque esa curiosidad, la que mató al gato; pero no de los perros y gatos, según el candidato republicano Trum, dijo que se los comían en la ciudad de Spingfield, Ohio.
Pero aquí, no se trata del gato que tuvo esa curiosidad, sino de saber en qué condiciones nos encontraríamos si es el candidato o la candidata que gane la presidencia de los Estados Unidos, llegaría a gobernar 4 años de inestabilidad social, política y económica, para que nos garantice a resolver estos graves problemas que heredamos de historia política en distintos gobiernos demócratas o republicanos.
Las personas nos preguntamos: estas Elecciones Generales 2024, servirán para unir a un país completamente dividido?.
Se acabaría la discriminación y el racismo?.Le darán residencia permanente a más de 11 millones de indocumentados?.Bajarían los precios de la comida, la renta, los seguros médicos y la medicina?.
Se reformaría la Segunda Enmienda Constitucional en cuanto al control y uso de armas que NRA controla en las más altas esferas políticas?… Se reformaría la caduca Ley de Inmigración en el Congreso de los Estados Unidos…? y obviamente, le darían los legisladores de la Asamblea Estatal luz verde al nuevo gobernador de Carolina del Norte, para dar licencia de manejo a los indocumentados…?.
De otro lado, lo que si es cierto y con evidencias de pruebas, es la pretensión republicana de reformar el Art.6 de la Constitución de los EE.UU., para dejar sin derechos constitucionales a los ciudadanos estadounidenses naturalizados a votar; es decir, que aquí si hay que ponerle cuidado, porque existe una mañosería al pretender que los naturalizados americanos, no puedan sufragar, según una consulta popular mediante una reforma a la constitución estatal respecto al derecho al voto.
No, porque esto es inconstitucional en virtud que el Art.6 de la Constitución actual, expresa textualmente: “Toda persona nacida en los EE.UU. y toda persona naturalizada que tenga 18 años y que posea los requisitos establecidos en este artículo, tendrá derecho a votar en cualquier elección popular del estado”.
A otra pretensión debe votar y estar en desacuerdo, porque lesiona los derechos políticos constitucionales como ciudadanos estadounidenses naturalizados. Estas elecciones están marcadas por un sinnúmero de prioridades que con urgencia tienen que tratarse y resolverse.
La principal, dadas las encuestas nacional por medios de comunicación social, es la economía, seguidamente de trabajo, vivienda, salud y, por supuesto el tema migratorio, que lastimosamente, para la mayoría de candidatos se están ubicando como última para los inmigrantes en este país.
Nadie está por encima de la ley
El pueblo estadounidense no tiene que regresar al pasado negativo. Tiene que conservar su poder como nación con el mismo pensamiento de sus fundadores, que formaron una Unión más perfecta, estableciendo la justicia, garantizando la tranquilidad nacional, atendiendo a la defensa común, fomentando el bienestar y asegurando los beneficios de la libertad para nosotros y para nuestra posteridad.
Con toda esta suprema razón ciudadana, los hispanos naturalizados y empadronados para votar en esta nación, tienen ese poder que les otorga derecho a elegir y ser elegidos. Hispano,Tú Decides!.