En estos difíciles momentos que atraviesa la humanidad, no cuenta solo que reflexionemos, sino que encontremos un sendero sano para una verdadera sociedad humana; en donde la familia es lo primero y muy fundamental, porque es la institución social que emprende la educación desde casa con la enseñanza del camino que toman más adelante los hijos, para que expresen sus sentimientos y emociones y también aprendan a escribir bien y no a utilizar el lenguaje incorrecto de los móviles, que no cultivan bien su creatividad de su inteligencia, porque aprenden a manejar un celular a tierna edad y no penetran al mundo real desde su infancia que les permita educarse jugando con la naturaleza.
Estos tiempos, cuando la tecnología lleva a la ciencia ficción a desdibujar valores humanos con la inteligencia artificial; no sabemos y dudamos que en verdad somos nosotros mismos los que somos. La ciencia ficción hace que nos desviemos de una realidad humana cuando proyectamos nuestra inteligencia natural con la que Dios nos creó y formó.
Esta historia actual, completamente hecha a la semejanza tecnológica del hombre, está construyendo en la sociedad un desierto humano en el campo político basada en la ciencia política, pero para aquellos personajes que buscan la representatividad en gobernar, está buscando continuamente que el ser humano solo tenga riqueza material y no de poseer valores, lo que contraviene a las normas de la sagrada familia y su desarrollo social hacia el bien común. Y dentro de estos contextos, lamentablemente, se está tejiendo una capa sociopolítica equivocada en cuanto a valores del ser humano.
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Expresiones como de separarlo en sí mismo como ser humano con calificativos racistas y que no aportan a la era de la civilización, misma que fue instaurada hace siglos, permitiendo que los seres humanos somos iguales ante la imagen de Dios; aunque los gobiernos en el mundo dictaron sus leyes en ninguna Constitución se establece que los seres humanos somos desiguales.
Mientras reflexionamos con mucha serenidad, los momentos políticos que atravesamos en los 50 Estados de la Unión Americana, nos hace meditar para ser parte del destino que nos ofrecen dos figuras de la política norteamericana en las elecciones de noviembre 5, 2024; porque se trata de hacer un análisis concienzudo por quién debemos confiarle el destino de nuestras familias y de las futuras generaciones.
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Le damos credibilidad a quien con su mensaje nos comunica que la felicidad del ciudadano es solo dinero y poder o de quien nos da el mensaje de cuidar los valores humanos y sagrados de la familia y no políticos?. Esa decisión tiene mucha y es de valiosa responsabilidad porque se está jugando el futuro de la familia y sobretodo de aquella que en este país ya hizo su vida con sus hijos y de aquellos que migraron con un imposible dar vuelta atrás, porque desde donde partieron no existen posibilidades de salvar sus vidas y encontrar retorno seguro