Las personas, como núcleo familiar, que salieron caminando y cruzando caminos fronterizos para llegar a la meta soñada; es decir, hacia la frontera México con los Estados Unidos, los que pudieron llegar, tienen una historia desgarradora, y los que murieron en el intento, dejaron sus sueños truncados por buscar alternativas para sobrevivir, pero fueron adversas esas esperanzas, porque dejaron lo más valioso, sus vidas y dejando hijos huérfanos de padres, sin techo y sin comida.
En busca del sueño americano
Salir a buscar el sueño americano sigue costando la vida en miles de inmigrantes. Y en esa búsqueda, hay beneficiados desnaturalizados que trafican con esa angustia y desesperación de familias enteras:los” coyoteros”; narcotraficantes y hasta de autoridades que se han denunciado como corruptas en la migración con sus propios nacionales de distintos países del mundo. Esto sigue siendo preocupante y grave a todo nivel social.
De otro lado, el continente americano, sigue sufriendo por no atender la necesidad humanitaria, que como tal no representa no solo una crisis migratoria sino con rasgos humanos, porque esta inmigración está rompiendo un nuevo récord mundial; no únicamente por su presencia indocumentada sino porque ya los hacinamientos no se dan abastos para solventarla con alimentación, vivienda o medicina. Varios Estados de la Union Americana, han optado por deshacerse de esta inmigración trasladándola a otras ciudades, lo que ha ocasionado conflictos legales en alcaldías y gobernaciones de este país.
Crisis humanitaria
Al desaparecido Muro de Berlín y la Muralla China, le queda muy corto el desparpajo producido por esta crisis humanitaria, al instalar una barrera flotante (Boyas)en el Río Grande en la frontera Estados Unidos- México, porque con las grandes boyas esféricas se altera el ecosistema y el flujo del río.Además, para los entendidos en materia ambiental esto resulta alterarlo. De tal manera que, también existe otro conflicto entre sus fronteras como es el de medir exactamente la movilidad del agua fronteriza en su profundidad vertical y horizontal; particular que ningún científico ha dado esa simétrica medida de frontera a frontera,entre sus aguas que se mezclan del Río Grande.
Esta terquedad, por decir lo menos, del gobernador de Texas, en un conflicto migratorio que se ha llevado al cuadrilátero político por las futuras elecciones del 2024, está girando al desconocimiento y al de ignorar que no ha existido como no existe el permiso del gobierno federal para instalar las boyas flotantes, porque esa decisión solo es competencia federal y no estatal; por lo tanto, se ha creado oficiosamente un problema muy mojado que no tiene cómo secarse en el panorama político hasta las elecciones del 2024; porque lo que sí se está estableciendo es otra crisis pero con un nuevo nombre ”humanitaria” provocada por una migración que se constituyó en plataforma política para las bancadas republicana y demócrata.
Acuerdo bipartidista
Por qué si a los congresistas republicanos y demócratas se les ocurriera plantear un acuerdo bipartidista en el Congreso para la legalización de los indocumentados que ya se encuentran en territorio estadounidense y que, miles de ellos están hace muchos años en este país y han formado nuevas familias, y por supuesto, han adquirido un sinnúmero de propiedades, con un consumo diario pagando impuestos. Entonces, el tema migratorio de los indocumentados que califiquen para un estatus legal, podría pasar a que el actual sistema caduco migratorio tenga mejor comportamiento en su regla federal.
Potestad de los gobernadores
Así mismo, la emisión de licencias de conducir automotores es potestad de los gobernadores estatales, aunque no es menos cierto que esta necesidad social también se politizó, no en todos los estado de la Unión Americana pero sí en su mayoría; algo parecido para los inmigrantes indocumentados, que por cierto vienen a ser la misma capa social; pero el resultado es lo mismo:”crisis humanitaria”.