Iredell, NC.- El segundo día de audiencia en el juicio contra Austin Ray Harmon por conducción bajo los efectos del alcohol avanzó entre relatos desgarradores y descripciones técnicas que reconstruyeron, paso a paso, la tragedia que golpeó a la familia Marlowe-Mills. La jornada reunió testimonios de paramédicos, personal de rescate y una superviviente cuya narración estremeció a la sala.
La mañana del juicio que se llevó a cabo el jueves 4 de diciembre, inició con tres testigos: dos paramédicos del Servicio de Emergencias del Condado Iredell y el jefe de rescate de la misma jurisdicción. La paramédica Lindsay Davis, integrante del primer equipo en llegar a la escena, describió un escenario marcado por el caos. Davis atendió a Amy Mills, quien sufrió lesiones devastadoras, entre ellas la pérdida de una pierna. La paramédica administró torniquetes y medicamentos para controlar el sangrado antes del traslado. Durante ese proceso, la pequeña Bailey, hija de Mills, también ingresó a la ambulancia. Ambas fueron enviadas a un helipuerto cercano para luego ser trasladadas en aeronaves separadas al CMC de Charlotte.
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El jefe Todd Lenderman ofreció un testimonio detallado ante las preguntas del fiscal adjunto Mikko Red Arrow y del abogado defensor Ken Darty. En medio del interrogatorio, Darty cuestionó su descripción sobre la posición de uno de los cuerpos, pero Lenderman mantuvo su versión y explicó que la confusión inicial surgió por la magnitud del desastre. Su serenidad contrastó con la dureza del relato.
El supervisor de EMS, Joshua Fussell, explicó su rol de apoyo al equipo y confirmó las muertes encontradas en la escena. Señaló que Mike Marlowe estaba sobre el vehículo de Harmon y que el pequeño Bentley yacía en la carretera con un traumatismo severo.
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La tarde se centró en la voz más esperada y conmovedora del día: Amy Mills. Entre lágrimas relató cómo advirtió a su prometido, Michael, que un vehículo se aproximaba sin frenar. En un acto desesperado lanzó a Bailey hacia la hierba, lo que probablemente salvó la vida de la niña. Mills perdió a su hijo Bentley, a su prometido y a Jada Marlowe, hija de Michael, quien murió días después. Ella misma sufrió heridas extremas y despertó inmovilizada, gritando por Bailey. En medio del desconcierto, Austin Harmon —aún desconocido para ella como el conductor implicado— le llevó a su hija.
Mills pasó un mes hospitalizada y tres meses en rehabilitación. No pudo asistir a los funerales de sus seres queridos, un dolor que se evidenció en cada palabra. El lunes 8 de diciembre enfrentará el interrogatorio de la defensa, mientras el tribunal retoma sesión a las 9:30 a. m. tras una jornada suspendida por conflictos de agenda.
