Texas.- El gobierno de Donald Trump inauguró un campamento de detención migratoria en Fort Bliss, base militar ubicada en El Paso, Texas, que está proyectado para convertirse en el centro de detención de inmigrantes más grande del país.
A través de varios medios de comunicación se conoció, por autoridades federales que la instalación, levantada como un campamento de carpas dentro de la base militar, tendrá capacidad para hasta 5.000 personas
Organizaciones de migrantes denunciaron que este nuevo centro de detención está situado en una zona donde las temperaturas en verano superan los 100 grados Fahrenheit y son comunes las tormentas de arena, lo que genera fuertes riesgos de enfermedades relacionadas con el calor y condiciones inhumanas de detención.
El campamento, construido detrás de muros militares y fuera de la vista pública, representa un movimiento calculado para militarizar la política migratoria, acelerar deportaciones y reducir la transparencia. Para líderes locales, esta decisión abre un precedente peligroso. De hecho, el gobierno local de El Paso ya aprobó una resolución exigiendo rendición de cuentas y acceso a información, ante la opacidad de las operaciones federales.
Migrant detention center at Fort Bliss officially opens https://t.co/Nh9nuNZN0h #LonestarLockup
— Senator John Cornyn (@JohnCornyn) August 19, 2025
Organizaciones de derechos humanos rechazan el nuevo centro en Texas
Por su parte, las organizaciones de derechos humanos, entre ellos la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), advirtió que detener personas en instalaciones militares remotas dificulta el acceso a asistencia legal, atención médica y contacto familiar, lo que incrementa el riesgo de abusos y negligencia.
De la misma manera, alertaron que que el modelo de Fort Bliss es una estrategia punitiva que busca quebrar psicológicamente a las personas migrantes, obligándolas a abandonar sus casos y aceptar la deportación.
En este sentido, diversos grupos comunitarios y defensores de derechos humanos exigen al Congreso y a la sociedad civil impedir que la militarización de la política migratoria se normalice y garantizar que se respeten los derechos fundamentales de las personas detenidas.
Es de destacar, que el gobierno de Trump planea abrir centros similares en al menos dos bases militares adicionales y desplegar tropas para apoyar directamente a las operaciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), una estrategia sin precedentes en la historia moderna de Estados Unidos.
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