Iredell, NC.- Un ataque inesperado contra un bombero de Cool Springs generó alarma en el Iredell County el domingo por la tarde. A las 7:06 p.m., el bombero identificado como 241 informó por radio que un conductor lo embestía de manera repetida en Lone Pine Road. El testigo describió al sospechoso como un hombre que mostraba claros signos de estar bajo los efectos del alcohol.
El bombero intentó en dos ocasiones activar el código de emergencia 10-18, y después de un breve retraso, Comunicaciones de Emergencia de Iredell County respondió. Durante la transmisión, el bombero confirmó que su vehículo había recibido varios impactos y pidió apoyo urgente de la Patrulla de Carreteras. Debido al tiempo estimado de llegada, la Patrulla solicitó el respaldo inmediato de la Oficina del Sheriff de Iredell. Tropas y ayudantes iniciaron el desplazamiento hacia el lugar.
Antes de que las autoridades alcanzaran la zona, el conductor huyó. El bombero mantuvo la calma, guardó distancia y siguió al vehículo mientras notificaba cada movimiento. Minutos después, el sospechoso giró hacia una entrada particular y terminó parcialmente dentro de una zanja, situación que permitió a los agentes ubicarlo con rapidez.
Los soldados llegaron primero y confirmaron la identidad del sospechoso: Randall Eric Dalton, de 56 años de edad, residente de South Carolina Avenue 521, en Statesville. Los oficiales aplicaron pruebas estandarizadas de sobriedad y determinaron que Dalton manejaba bajo la influencia del alcohol. Acto seguido, lo arrestaron y lo trasladaron al Centro de Detención de Iredell County. Un magistrado fijó una fianza asegurada de 2.500 dólares.
El caso generó preocupación entre las autoridades locales, ya que Dalton había recuperado su libertad el 19 de noviembre de 2025 tras un arresto previo por DWI. Este nuevo incidente ocurrió apenas una semana después, convirtiéndose en su segunda ofensa en un periodo muy corto.
Las circunstancias reavivan el debate sobre la dureza de las leyes estatales de conducción bajo los efectos del alcohol. A pesar de embestir a un bombero voluntario, huir del lugar y llevar contenedores abiertos dentro del vehículo, Dalton recibió nuevamente una fianza baja. Con un fiador, el costo real de su liberación ronda los 375 dólares.
El caso deja una interrogante en la comunidad: si un reincidente vuelve a manejar en estado de ebriedad y causa una tragedia mayor, ¿quién asume la responsabilidad?