Charlotte, NC.- El sheriff del condado Mecklenburg, Garry McFadden, afirmó que la responsabilidad de reabrir el centro de detención juvenil Jail North corresponde al Estado de Carolina del Norte y no a su oficina. Su declaración surge tras recibir una solicitud del Departamento de Justicia Juvenil (DJJ) para poner nuevamente en funcionamiento las instalaciones, que permanecen cerradas desde hace varios años.
McFadden explicó que el Estado pidió al Departamento del Sheriff del Condado Mecklenburg (MCSO) encargarse de contratar, capacitar y supervisar al personal necesario para operar el centro. Sin embargo, señaló que la ley no lo obliga a asumir esas funciones. “No estamos obligados a abrir ni administrar el centro juvenil. Esa es una responsabilidad del Estado, no del condado”, sostuvo el sheriff.
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El funcionario detalló que la reapertura de Jail North requeriría una inversión considerable de tiempo y recursos, ya que el proceso implicaría reclutamiento, verificación de antecedentes, contratación, formación y certificación de nuevos empleados. Según sus cálculos, serían necesarios al menos 96 trabajadores capacitados para operar el centro de forma segura y eficiente. Además, advirtió que el proceso podría tardar más de un año, incluso si se iniciara de inmediato.
Actualmente, la oficina del sheriff atraviesa su propio proceso de contratación de personal, por lo que asumir otra carga operativa sería poco realista. “Estamos formando nuevos oficiales y consolidando nuestras operaciones actuales. No tenemos la capacidad de extender nuestros recursos para abrir un centro que no nos corresponde administrar”, explicó McFadden.
El sheriff también pidió que se consideren otros factores fundamentales antes de decidir la reapertura, como los costos asociados a educación, alimentación, salud mental y programas de rehabilitación para los jóvenes detenidos. “No se trata solo de abrir puertas. Hay que garantizar la educación, la seguridad y el bienestar de los menores. ¿Quién financiará todo eso? Es una pregunta que el Estado debe responder”, puntualizó.
Ante las limitaciones actuales, McFadden propuso una alternativa que considera viable: cerrar el centro juvenil del condado Cabarrus, el cual opera actualmente al 40 % de su capacidad, y transferir a su personal hacia Jail North. Con esta medida, explicó, se aprovecharía el talento ya formado, se reducirían costos y se aceleraría la puesta en marcha del centro en Mecklenburg.
“La instalación de Cabarrus es antigua y poco funcional. Si se traslada a su personal a Jail North, podríamos iniciar operaciones sin perder tiempo en nuevas contrataciones ni comprometer beneficios laborales”, argumentó el sheriff.
Para avanzar en la discusión, McFadden envió una carta formal al Estado solicitando la organización de un foro público en el que se analicen las distintas opciones sobre la reapertura. Su objetivo es que las autoridades, las comunidades y los organismos involucrados participen en una conversación abierta sobre los desafíos logísticos, financieros y humanos que conlleva la propuesta.
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El sheriff insistió en que su oficina está dispuesta a colaborar, pero reiteró que la responsabilidad principal recae en el Estado. “Estamos listos para trabajar en conjunto, pero el Estado debe asumir el liderazgo, proveer los recursos y definir un plan claro. No podemos cargar solos con una tarea que no nos corresponde”, enfatizó.
Con este llamado, McFadden busca abrir un diálogo transparente y responsable sobre el futuro del sistema de detención juvenil en Carolina del Norte. Su posición apunta a garantizar que cualquier reapertura de Jail North se realice bajo condiciones sostenibles, con personal calificado y en beneficio real de los jóvenes y las comunidades del condado Mecklenburg.