Zebulon, NC.- Una tragedia estremeció a la comunidad de Zebulon, Carolina del Norte, la noche del lunes 27 de octubre, cuando un hombre identificado como Wellington Delano Dickens III, de 38 años de edad, llamó al 911 para confesar que había matado a sus hijos. La llamada ingresó a las 10:09 p. m. al centro de comunicaciones del condado Johnston y dio inicio a una investigación que reveló una escena desgarradora.
Los agentes del Sheriff de Johnston County respondieron de inmediato a la residencia ubicada en 101 Springtooth Drive, donde localizaron al propio Dickens. El hombre aseguró a los oficiales que su hijo de 3 años seguía con vida dentro de la casa, mientras que los cuerpos de cuatro de sus otros hijos se encontraban en el maletero de un vehículo estacionado en el garaje.
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Los agentes ingresaron al domicilio y hallaron al niño de 3 años en buen estado físico. Minutos después, una inspección preliminar confirmó la presencia de lo que parecían ser restos humanos en el vehículo. Según las primeras indagaciones, los cuerpos pertenecían a tres hijos biológicos del acusado, de 6, 9 y 10 años, y a su hijastro de 18 años. Los investigadores sospechan que las muertes ocurrieron hace tiempo, aunque la confirmación forense definirá los plazos exactos.
Las autoridades aseguraron la escena y solicitaron una orden de registro para continuar con la investigación. Personal de la Oficina del Médico Forense del Estado y de la Oficina de Investigación del Estado de Carolina del Norte (SBI) se trasladó al lugar para colaborar con los peritajes y el levantamiento de los restos.
El sheriff de Johnston County informó que Dickens enfrenta un cargo de asesinato por la muerte de su hijo menor y permanece detenido sin derecho a fianza en la cárcel local. Las autoridades anticipan múltiples cargos adicionales a medida que avance la investigación.
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Los vecinos del vecindario Springtooth expresaron consternación y tristeza tras conocer los hechos. Muchos describieron a la familia como reservada, sin antecedentes visibles de violencia.
El caso continúa bajo investigación, mientras las autoridades estatales trabajan para confirmar las identidades y determinar las circunstancias que llevaron a uno de los crímenes familiares más impactantes ocurridos recientemente en Carolina del Norte.