Charlotte, NC.- Los obispos católicos de Carolina del Norte emitieron una declaración conjunta sobre la inmigración, afirmaron que es “una preocupación moral” que afecta la dignidad y los derechos humanos.
Manifestaron que las naciones más prósperas están obligadas, en la medida de sus posibilidades, a acoger al extranjero que busca la seguridad y los medios de subsistencia que no encuentra en su país de origen.
Comunicado completo
«Queridos hermanos y hermanas en Cristo:
La cuestión de la política de inmigración y su aplicación es a la vez complicada y emotiva. Si bien estamos de acuerdo en que hay lugar para el desacuerdo y el debate con respecto a la política de inmigración, deseamos recordar a nuestros más de un millón de fieles católicos de Carolina del Norte las posiciones expresadas por la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos, formada por la doctrina social católica, y alentar la reflexión y la formación personal sobre estas cuestiones».
Además dijeron que «la cuestión de la inmigración no es sólo una cuestión de política, es una preocupación moral que afecta la dignidad humana y los derechos humanos de cada persona. Reconocemos que hay personas que residen en los Estados Unidos sin documentación legal y no toleramos la violación de la ley».
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También manifestaron que «como católicos, abogamos por el reconocimiento de que los inmigrantes, como miembros de la familia humana de Dios, merecen y deben tener la dignidad apropiada como nuestros hermanos y hermanas en el Señor. Jesús mismo fue un refugiado y nos enseñó a acoger al extranjero y a darnos cuenta de que al acoger al extranjero, estamos acogendo a Cristo mismo».
«Nuestras oficinas de Catholic Charities están listas para ayudar con alimentos y otras necesidades domésticas para todas las familias que se encuentran en dificultades en este momento. A través de esas oficinas, continuaremos brindando servicios de inmigración legal a través de personal que ha sido acreditado para completar la documentación legal por la Junta de Apelaciones de Inmigración del Departamento de Justicia de los EE. UU».
Resaltaron que «Estos representantes acreditados por el Departamento de Justicia ayudan a las familias y a las personas a lograr un estatus migratorio que les permita trabajar, reunirse con miembros de la familia o tomar medidas para convertirse en ciudadanos que podrían contribuir al bienestar de su familia y la sociedad. No aconsejaremos a nadie que obstaculice o resista la aplicación adecuada de la ley, pero continuaremos brindando educación sobre los derechos legales de las personas».
Otros puntos textuales del comunicado
«En un nivel más amplio, nosotros, los obispos ordinarios de Carolina del Norte y los obispos de los Estados Unidos … continuaremos trabajando para encontrar soluciones duraderas a nuestro sistema de inmigración basados en los principios de la enseñanza social católica, a saber:
- Las personas tienen derecho a migrar para sustentar su vida y la de sus familias. Ante Dios todos son iguales; Dios dio la tierra a todos. Cuando una persona no puede lograr una vida con sentido en su propia tierra, tiene derecho a mudarse.
- Un país tiene derecho a regular sus fronteras y a controlar la inmigración. Los católicos no deben considerar la labor del gobierno federal y su control de la inmigración como algo negativo o malo. Quienes trabajan para hacer cumplir las leyes de inmigración de nuestro país a menudo lo hacen por un sentido de lealtad al bien común y compasión por los pobres que buscan una vida mejor. En un mundo ideal, no habría necesidad de controlar la inmigración. La Iglesia reconoce que ese mundo ideal aún no se ha logrado.
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- Un país debe regular sus fronteras con justicia y misericordia. Una política de inmigración que permite a las personas vivir aquí y contribuir a la sociedad durante años, pero se niega a ofrecerles la oportunidad de lograr un estatus legal, perpetúa una subclase permanente y no sirve al bien común. La posición de la Iglesia Católica es que los servicios pastorales, educativos, médicos y sociales que proporciona la Iglesia nunca están condicionados al estatus legal. Todas las personas están invitadas a participar en nuestras parroquias, asistir a nuestras escuelas y recibir otros servicios ofrecidos por nuestras instituciones y programas.
- La protección humanitaria de las familias vulnerables debería ser una prioridad. La enseñanza católica sostiene que las familias son la base de la sociedad y que el éxito de cualquier civilización depende del bienestar de sus familias. Durante generaciones, las familias que viven en los Estados Unidos han incluido combinaciones de ciudadanos y no ciudadanos. Instamos a que se preserve y fortalezca el acceso al asilo, el reasentamiento de refugiados, las protecciones para los niños no acompañados, la asistencia a las víctimas de la trata de personas, las formas temporales de ayuda y otras protecciones humanitarias ya consagradas en nuestra ley.
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Como miembros de la familia humana, cada individuo merece y se le debe conceder la dignidad que no sólo apoya y fomenta el bien común de nuestra sociedad, sino que también refleja la realidad de que todos somos fundamentalmente hermanos y hermanas en el Señor.
María, Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, Patrona de los Estados Unidos de América, vela por nosotros y ruega por nosotros ahora y siempre».