Fue el 4 de octubre de 2020 cuando Córdoba, llega sola directo de su país Colombia. Decide dejarlo todo, más que por dinero, seguridad o una mejor vida, como ella relata, fue por la necesidad interna de cambiar lo que estaba haciendo.
En Colombia ella se desempeñaba laboralmente en una empresa en el área contable.
Al llegar a este país contó con la bendición de trabajar en el negocio de su tía y eso le permitió abrirse camino en el campo de la belleza con la micropigmentación. «Un mundo desconocido para mí, pero me hizo ver de lo que era capaz y desafiar retos«, dijo Córdoba.
A Jennyfer no la movió las ganas de un sueño americano, dijo que no estaba en su mente, pero las cosas se fueron acomodando para iniciar una nueva etapa de su vida.
Asegura extrañar a su familia, amigos y una muy buena vitrina de fritanga en carretera, esa comida típica nada saludable, pero deliciosa de su país.
Cambios y a emprender
«Tengo la gran dicha de trabajar con mujeres, donde les ayudo a potenciar su imagen a través de la Micropigmentación».
Su espacio es «dirígido exclusivamente a las mujeres que están cansadas de maquillarse o aquellas que quieren rapidez y funcionalidad para su rutina diaria, sin dejar de verse bellas y eso le permite disfrutar de sus momentos especiales en su día a día», comentó.
Se atrevió a crear su propio espacio y a través de @anandabeautync comparte su potencial, talento haciendo feliz a otras mujeres y llenando su ser de mucha alegría con la vida que lleva.
Su mensaje para otros migrantes es el siguiente: «Lo que puedo decir desde mi experiencia, es que todo absolutamente todo es posible, si tienes a Dios de la mano y que todas las cosas que más miedo nos dan al emprender son las que más satisfacción nos brindan. Todo se comienza sintiendo miedo, pero que eso no te paralice».
Gracias por tu mensaje, será hasta la próxima historia migrante,
Adriana Henríquez