El mundo queda exhausto cuando se protagonizan hechos dolorosos hacia otras personas, en especial, si estas son inocentes; como si pensáramos que somos dueños del planeta tierra y que todo lo que está a nuestro alrededor nos pertenece.
En verdad que en el mundo en que vivimos existen mandamientos creados por el hombre mediante sus leyes, pero no por Dios y, es ahí en donde no pensamos bien, porque el mal que producimos no nos permite ver que se lo estamos haciendo hacia otras personas.
Política migratoria caduca
Esto de defender un territorio para que no sea poblado por inmigrantes de otras naciones, es un tema demasiado caduco y fracasado dentro de la política de inmigración que todo gobierno estadounidense de turno lo maneja a su antojo.
Por un lado, el caso de los inmigrantes indocumentados que viven en territorio americano, ha sido sin preámbulo alguno, planteado como promesas de campaña, que muy difícil han sido cumplidas por los ofertantes candidatos a la Presidencia de los Estados Unidos para llegar a la codiciada Casa Blanca.
Hoy por hoy, seguimos viviendo episodios inhumanos de la fuerza pública inmigratoria hacia inmigrantes que salen desesperados de sus países, para refugiarse en los EE.UU., que sigue siendo el país en donde les ofrece única oportunidad para salvar sus vidas y la de sus familias ante tanta criminalidad, pobreza y miseria humana. Ellos solo quieren vivir en paz pero con un pedazo de pan en sus estómagos.
Gente que huye de sus países
Esta gente, que huye porque en el lugar en donde nacieron ya no tienen nada. A ellos, les negaron el derecho a la vida. Sus hijos también mueren por falta de alimentos y medicinas.
Sus padres no trabajan porque el sistema estatal ha colapsado en su país; y no es nada digno ni humano que hayan sido maltratados, cuyas escenas en la frontera han dejado en mal predicamento a este país por la abusiva represión inhumana de agentes fronterizos que montados a caballo lanzaron la furia, propinando latigazos contra miles de indefensos seres humanos que trataban de cruzar el río Bravo en la ciudad fronteriza de Acuña,México.
Estos inmigrantes haitianos acompañados con sus hijos en los brazos , trataron de cruzar la frontera con la esperanza de alcanzar el sueño americano. Sabemos, que no lo hicieron esta vez, porque fueron deportados a su país, pero las imágenes dejadas ante esta brutal e inhumana represión, ha merecido el rechazo total de la comunidad internacional y de la Comisión Interamericana de DD.HH.(CIDH), cuyos hechos deben investigarse para la sanción correspondiente, en la que el presidente Biden, supuestamente, está comprometido a que se esclarezca este hecho repugnante y vergonzoso.
Sin embargo, esto del maltrato inhumano a haitianos en la frontera, es solo un proceso migratorio, pero que estaría muy lejos de darse un trato en el campo penal en la justicia ordinaria americana. Lo que estaría por definirse es de qué manera la administración Biden asume y resuelve la situación migratoria de aquellos haitianos que ya pisaron territorio estadounidenses y que más de 12 mil quedaron asignados en Ciudad de El Rio, en Texas.
Paquete pesado que resolver
De otra parte, el Congreso de los Estados Unidos, tiene un paquete muy pesado que legislar y resolver en los indocumentados que llevan años viviendo en este país. A los “soñadores”, que actualmente están viviendo en tinieblas. Los tepesianos que cada día agonizan por sobrevivir, también cabildean cada vez en Washington, a pesar de que el presidente Biden les extendió el Estatus de Protección Temporal(TPS) para salvadoreños, hondureños, nicaragüenses, y haitianos hasta 12, 2022, no es suficiente, porque solo son paños de agua tibia que no calman la angustia de estos tepesianos, que buscan una legalización permanente.
El partido Demócrata, al que pertenece el presidente Biden, se encuentra en un callejón sin salida.Su oferta de campaña para legalizar a más de 11 millones de indocumentados se le está escapando de las manos y está corriendo el riesgo para una reelección presidencial. Se pueden perder escaños en el Congreso, en los estados y por supuesto, en gobiernos seccionales; tomando en cuenta de la importancia del voto hispano que representa como mayoría de las minorías en los grupos étnicos en este país.
Agilizar más programas
Lo insólito, es que el partido Demócrata cuenta con una maleta de billetes que sobrepasa los 3.5 billones de dólares, para agilizar varios programas sociales como para concederles a esos 11 millones de inmigrantes indocumentados, el privilegio de una naturalización americana.
Esta situación de no legalizarlos puede pasar factura a quienes tienen el “sartén por el mango”; es decir a los demócratas que están de turno y que ya la facturación podría comenzar con el atropello ante una represión inhumana hacia haitianos por parte de la patrulla fronteriza de los Estados Unidos y México.