martes, abril 23, 2024

El retrete de oro que el Guggenheim ofreció a Trump

La Casa Blanca pidió una obra de 1888 del pintor holandés que no estaba disponible. Lo que sí estaba disponible para préstamos, según lo narra The Washington Post en un reportaje, era un carísimo inodoro de 18 quilates del artista Maurizio Cattelan.

Los presidentes de Estados Unidos suelen solicitar a los museos algunas de sus más reputadas obras para adornar las paredes de la Casa Blanca. El 15 de septiembre del año pasado, según reveló el diario The Washington Post, Donald Trump y su esposa Melania querían poner en su cuarto el cuadro de Van Gogh de 1888, ‘Paisaje con nieve’.

La oferta del museo

La curadora de la Casa Blanca hizo formalmente la solicitud al Museo Guggenheim, quien en nombre de su directora artística, Nancy Spektor, respondió que la obra de Van Gogh no estaba disponible para ser prestada, pero sí lo estaba otra obra: un retrete dorado del artista Maurizio Cattelan, bautizado ‘América’ y estimado en más de un millón de dólares.

Aunque pedir un paisaje de Van Gogh y recibir a cambio un sólido sanitario de oro parece una mala broma, el hecho ocurrió según quedó consignado en un correo electrónico al que tuvo acceso The Post.“Al artista le gustaría ofrecerlo en préstamo por largo tiempo. Es, por supuesto, extremadamente costoso y delicado, pero podemos proveer las instrucciones para su funcionamiento y cuidado”, se puede leer en la contundente respuesta que dio la directora del Guggenheim.

La obra, efectivamente, no solo estaba pensada para ser exhibida en una de esas inmaculadas paredes blancas de museo. Había sido creada para ser usada en todas las dimensiones en las que un retrete se puede usar, desde necesidades básicas hasta fotos de Instagram. En un artículo publicado por The New Yorker el 14 de septiembre, se detallaba cómo el baño de 18 quilates de oro se puso a disposición “para que los visitantes del museo lo vieran y usaran de manera individual y privada”, con una indicación adicional, “se mantenía inmaculado debido a que cada 15 minutos los encargados del aseo lo limpiaban”.

La oferta que parece una broma

Ya fuera entendida como una metáfora a la riqueza desmedida de la sociedad o como un reconocimiento a la básica condición que, como dice el artista, “se haya comido un almuerzo de 200 dólares o un perro de dos dólares termina en el mismo sitio”, la obra fue rechazada por la Casa Blanca.

A pesar del tono cordial del correo electrónico de Nancy Spektor, su intención de ofrecer un retrete dorado al millonario famoso por forrar de oro las paredes de sus mansiones parecía quedar en evidencia. Quizás su oferta hacía parte de esa revolución de la que habló en su Instagram cuando el día de la posesión de Trump, dijo: “Este debe ser el primer día de nuestra revolución para recuperar a nuestro amado país del odio, el racismo y la intolerancia».

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