Ciudad de México – México.- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, encabezó un acto que fue realizado en la ciudad de Tijuana, Baja California, muy cerca de la frontera con Estados Unidos. El evento, efectuado este sábado, tuvo todas las características de un mitin de campaña.
Durante la congregación, el primer mandatario celebró el acuerdo migratorio que fue alcanzado por emisarios de su gobierno y por representantes de la administración Trump. Ese trato compromete a la nación azteca a redoblar sus esfuerzos para impedir que migrantes centroamericanos utilicen a México como puente para llegar hasta Estados Unidos.
En medio de su alocución, el gobernante azteca dijo que, por un momento, pensó en tomar acciones recíprocas, si las conversaciones fallaban y la Casa Blanca finalmente imponía aranceles de 5% a los productos hechos en México.
“Como jefe representante del Estado mexicano no puedo permitir a nadie que se atente contra la economía de nuestro país, menos que se establezca una asimetría injusta, indigna para nuestro gobierno”, afirmó López Obrador.
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, jefe del equipo que viajó a Washington para negociar el acuerdo, aseguró que, tras volver a suelo mexicano, lo primero que dijo en su reporte fue “no hay tarifas (…) salimos con la dignidad intacta”.
Durante su participación, Ebrard aludió un apartado del convenio, que obliga a México a recibir y mantener en su territorio a los migrantes que han solicitado asilo en Estados Unidos. Esas personas deberán esperar dentro de la geografía azteca, hasta que se resuelvan sus casos.
“Mientras estén en México, vamos a ser solidarios con ellos”, sentenció el Canciller. Sin embargo, habitantes de Tijuana se mostraron preocupados, al saber que la nación azteca deberá brindar refugio a los solicitantes de asilo. Muchos creen que esa obligación complicará las cosas para las ciudades que limitan con Estados Unidos, pues la resolución de los casos puede tardar meses e, incluso, años.
