MEXICO.- La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) publicó en junio un resumen en cifras para llamar la atención de la violencia en contra periodistas: 136 asesinados desde el año 2000 y 21 desaparecidos desde el 2005; dos meses, después añadió dos muertes más y tuvo que lanzar la campaña.
El objetivo de “Con violencia no hay libertad de Expresión”, una serie de cápsulas que comenzarán a transmitirse desde esta semana en radio y televisión busca hacer conciencia en las autoridades y ciudadanos para evitar la repetición del delito como ocurrió hace unos días tras su penúltimo informe.
El fotógrafo Rodolfo García fue baleado mientras estacionaba su motocicleta en Valle de Santiago, Guanajuato, dos años después de la muerte de otro informador en el estado. Poco antes, en la Ciudad de México, también había sido ejecutado Luis Pérez García, locutor y director de la revistaEncuesta Hoy. Su casa fue incendiada.
“La falta de condiciones para ejercer un periodismo libre, ya sea por los riesgos; por la impunidad que incentiva a los victimarios a cometer nuevas agresiones; por la falta de perspectiva de género; o por la expedición de una ley que regula la publicidad oficial que no se ajusta a los estándares internacionales golpea a nuestra joven democracia”, advirtió Luis González, presidente de la CNDH.
El ómbusdman nacional lamentó que tanto el gobierno federal como los estatales no hayan cumplido aún con los compromisos que adquirieron con la CNDH en 2016 para brindar protección y protocolos de actuación en caso de ataques o amenazas
El resultado: los delitos contra el gremio periodístico se multiplicaron en todo el país aunque algunas entidades conservan los niveles más altos.
El sesenta por ciento (82 casos) se concentra en cinco entidades, Veracruz con 22 homicidios,Tamaulipas con 16 –el más reciente ocurrido apenas el pasado 29 de mayo en Ciudad Victoria-, Oaxaca y Guerrero con 15 asesinatos cada uno, y Chihuahua, cuenta 14.
La campaña “Con violencia no hay libertad de expresión” compila entrevistas con víctimas de agresiones como un joven comunicador a quien encarcelaron un año bajo acusaciones no probadas o la hija de una periodista estigamatizada por el Ministerio Público de estar vinculada a un hombre de la delincuencia organizada.
Una de los spots (inspirados en una campaña previa contra la agresión a defensores de derechos humanos) enfatiza en las consecuencias de la atacar a un comunicador y clasifica a la profesión como de alto riesgo. “Las agresiones contra periodistas generan miedo, autocensura y desconfianza”, advierte.
