Ciudad de México – México.- Familiares, amigos y vecinos de la pequeña Fátima, le dieron el último adiós en su pueblo ubicado al sureste de Ciudad de México. La niña de 7 años de edad que fue asesinada luego de haber sido secuestrada en su escuela, fue enterrada hace pocas horas; la indignación, la profunda consternación por la violencia feminicida y la sed de justicia reinó en el lugar.
“Para mí es muy fuerte todo esto. Yo la vi nacer, crecer (…) Como familia esperamos que se haga justicia y que ni a una niña ni a un niño más les quiten la vida”, dijo entre lágrimas Aída Ramírez, tía de la menor.
La principal sospechosa de la muerte de la niña y otra persona que estaría vinculada con la desaparición de Fátima, fueron identificadas por las autoridades gracias a un retrato hablado y a la colaboración de los vecinos, la promesa de las autoridades es no permitir impunidad en este brutal asesinato.
Cubierto con flores y una manta blanca, sobre su ataúd reposaba un oso de peluche, mientras una banda de mariachis acompañaba la procesión que tras pasar primero por la escuela de la niña se dirigió al cementerio.
Antes del entierro, la procesión fúnebre que acompañó a Fátima hizo una pausa en la escuela en la que fue secuestrada. Con letreros exigiendo justicia a través de la consigna “Ni una más, ya basta”, guardando un minuto de silencio y posteriormente coreando el nombre de Fátima seguido por “¡Al rato puede ser uno de tus hijos! ¡Despierta pueblo!” se rindió homenaje en ese lugar.
Los dolientes pidieron que saliera el director de la escuela, pero en su lugar salió un maestro y dijo que el director no estaba disponible, por lo que la procesión continuó.
“No hay seguridad en la escuela”, dijo una madre cuyos hijos estudian en la misma escuela. “Yo creo que sí es responsable la escuela”.
Posterior al entierro docenas de mujeres decidieron acudir a la residencia presidencial a exigir justicia y acciones concretas contra la violencia de género. En menos de una semana ya han realizado dos visitas de este tipo.
“Tendríamos que ser como una red de apoyo para la prevención de todo delito”, dijo a los presentes uno de los sacerdotes durante la misa funeraria que se llevó a cabo bajo una enorme carpa amarilla. “La ayuda llega cuando ya sucedió”, lamentó.
Según la última información suministrada por la fiscal de la Ciudad de México, Ernestina Godoy, Fátima se fue con una mujer de la escuela: “La a niña reconoció y por eso la dejaron ir con ella”.
