Carolina del Norte-Estados Unidos.- Funcionarios de Carolina del Norte, informaron el pasado 25 de marzo que el programa de liberación de trabajo en la prisión, sería suspendido para evitar la propagación del COVID-19.
Sin embargo, siguieron enviando reclusas de al menos una prisión, el Instituto Correccional de Mujeres de Carolina del Norte en Raleigh, para trabajar en edificios gubernamentales fuera de la prisión hasta mediados de abril, según ha descubierto Charlotte Observer.
Natasha Purvis, una prisionera, reveló que ella y otros reclusos subieron a furgonetas de la prisión abarrotadas que los llevaron a los edificios de oficinas del Departamento de Seguridad Pública del estado en Raleigh, para limpiar baños, manijas de puertas, teléfonos, interruptores de luz y botones de elevadores por un dólar al día.
Purvis añadió que también limpiaron las oficinas de los principales funcionarios de DPS, incluido el director de prisiones estatales Todd Ishee y el secretario de DPS Erik Hooks.
En la actualidad, Purvis se encuentra entre al menos 90 reclusos en la prisión de mujeres que dieron positivo por COVID-19. La semana pasada dijo que sufría dolores en el cuerpo, sudores y «una tos desagradable».
Según aseguraron no se les entregó máscaras hasta el 15 de abril. Los empleados estatales
«Siento que nos sacaron por un dólar al día para mantenerlos a salvo», dijo un recluso de 42 años. «Pero no estaban pensando en nosotros en absoluto», sumó.
Funcionarios de prisiones estatales afirmaron que en los edificios del DPS que fueron limpiados, no conocen a ningún empleado que haya dado positivo por COVID-19.
El portavoz de las prisiones estatales, John Bull, expresó que las tareas de limpieza «se consideraron esenciales para las operaciones efectivas continuas del Departamento de Seguridad Pública durante la respuesta a esta pandemia».
