Tokio – Japón.- La sed de venganza es lo que habría llevado a Shinji Aoba, un japonés de 41 años, a incendiar el edificio en el que se encontraba la sede de Kyoto Animation, un estudio que, según el agresor, había plagiado una de sus novelas.
El sujeto, residente del suburbio de Saitama en Tokio, viajó en tren hasta Kioto, con la única intención de perpetrar el ataque. “Lo hice”, dijo el sujeto a miembros de la policía, antes de ser puesto bajo custodia.
Algunos testigos indicaron que el hombre, quien fue trasladado hasta un hospital, tras sufrir quemaduras en una de sus piernas, parecía estar disgustado y que gritaba cosas relacionadas con un aparente robo de ideas.
Antes de ocasionar el incendio, el atacante compró dos recipientes de gasolina, que tenían una capacidad de, por lo menos, 20 litros. Después de llenarlos con combustible, se movilizó hasta el lugar del incidente y, estando allí, esparció el carburante por todo el sitio.
Según medios locales, Shinji Aoba habría gritado “mueran todos”, antes de comenzar el fuego. Posteriormente, habría provocado las llamas que le quitaron la vida a 33 personas y que ocasionaron heridas a otras diez.
Un día después de la masacre, que ha sido considerada el peor asesinato en masa, ocurrido en Japón, desde el año 2001, las autoridades notificaron que el edificio incendiado no poseía rociadores ni hidrantes.
El inmueble sí tenía una escalera que subía hasta el techo. Esas escalinatas fueron usadas por 19 de las víctimas fatales. Sin embargo, el esfuerzo fue infructuoso, pues se toparon con una puerta que daba acceso a la azotea, pero que sólo podía ser abierta desde afuera.
