Ciudad de México – México.- Tamaulipas es una entidad que se ubica en la esquina noreste de la geografía mexicana. El hecho de limitar con el sureste de Estados Unidos, la ha convertido en un lugar de paso para cientos de migrantes, que intentan llegar a la tierra del “Tío Sam”, en la búsqueda del “sueño americano”.
En el pasado, el transitar de los migrantes por suelo tamaulipeco solía darse con rapidez. Mientras algunos cruzaban el peligroso río Bravo, rumbo a Texas; otros atravesaban los puentes oficiales para solicitar asilo, un trámite que les permitía quedarse en Estados Unidos.
Sin embargo, la aplicación, por parte de la Administración Trump, del Protocolo de Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en Inglés) ha modificado esa realidad. Bajo el amparo de esa política, conocida por muchos como programa “Quédate en México”, las autoridades estadounidenses obligan a los migrantes centroamericanos que piden refugio, a volver a la nación azteca para que aguarden allí la resolución de sus casos.
Esa práctica ha dejado a decenas de indocumentados a merced de los cárteles y de las bandas criminales que operan en Tamaulipas, una región en las que las fuerzas del Estado mexicano tienen presencia, pero no control.
El estado se ha convertido en una zona tan peligrosa que Washington la ha colocado en la misma lista en la que se encuentran países en guerra como Afganistán y Siria. En virtud de eso, el Departamento de Estado ha pedido a los ciudadanos estadounidenses evitar cualquier tipo de viaje y permanencia en territorio tamaulipeco.
