Chicago – EEUU.- A lo largo de dos décadas, Greg Zanis, un estadounidense de padres inmigrantes, ha fabricado unas 27 mil cruces de madera, con las que ha honrado la memoria de aquellas personas que han perecido de forma trágica, en Canadá, Estados Unidos y México.
El hombre, de 68 años, fundador de “Crosses for Losses”, ha viajado hasta distintas localidades de esos países, con la intención de homenajear a las víctimas de tiroteos o de desastres naturales. En cada caso, ha ofrecido sus cruces, de manera gratuita, a los familiares de los fallecidos.
“Mis cuatro camionetas han acumulado 550 mil millas (unos 885 mil kilómetros) cada una”, asegura Zanis, quien no se considera un activista. Según explica, su único objetivo es “que las personas sean recordadas”.
El carpintero, quien reside en la ciudad de Aurora, Illinois, cuenta que su iniciativa arrancó en 1996, luego de que su suegro fuera asesinado a tiros, durante un robo. Tras el incidente, el hombre levantó un monumento que, más tarde, también sirvió para rendirle tributo a un niño hispano, que perdió la vida a causa de una bala perdida.
Sin embargo, su proyecto más notorio lo realizó en 1999, cuando instaló cruces en la secundaria Columbine de Colorado. Ese recinto fue escenario de una de las peores matanzas en la historia de Estados Unidos. Durante el suceso, dos estudiantes, armados con una pistola semiautomática y una escopeta, provocaron la muerte de 12 de sus compañeros y de un profesor.
Además de Columbine, Zanis ha visitado otros lugares, en los que la violencia armada se ha hecho presente. En 2016 estuvo en Pulse, el club de ambiente de Orlando, Florida, en el que murieron 49 personas. También acudió a Las Vegas, Nevada, luego de la balacera que, en 2017, dejó 58 fallecidos.
El año pasado, el hombre se trasladó hasta la secundaria “Marjory Stoneman Douglas” de Parkland, en Florida, en la que fueron asesinados 17 alumnos. Más recientemente, Zanis se movilizó hasta las ciudades de El Paso, en Texas, y de Dayton, en Ohio, donde perecieron 22 y nueve personas, respectivamente.
“A este país le falta amor”, dice el carpintero, con relación a la cantidad de tiroteos que se registran, año tras año, a lo ancho y largo de Estados Unidos. Con esa misma convicción, Greg Zanis se atreve a afirmar que los estadounidenses se han olvidado de Dios, sobre todo desde que el Tribunal Supremo decidió abolir las oraciones religiosas en las escuelas, en 1962.
