Trump ha insistido este mediodía, durante una reunión con su gabinete, en que la frontera es “como un tamiz” por el que se cuelan inmigrantes, y ha defendido construir un muro que sólo puedan atravesar “los campeones de salto de pértiga”.
Los demócratas recuperaron en noviembre el control de la Cámara de los Representantes (el Senado reforzó su mayoría republicana), y mañana presentarán, liderados previsiblemente por Nancy Pelosi, una propuesta presupuestaria que contempla la misma asignación para seguridad fronteriza que el año pasado (los 1.200 millones aprobados bajo mayoría republicana). La Casa Blanca, a través de su portavoz, Sarah Sanders, ha rechazado este plan porque no “protege a los estadounidenses del tráfico de personas y drogas y el crimen”.
Trump ha regado su discurso este miércoles ante su gabinete de datos falsos o de dudosa veracidad, como que 17.000 inmigrantes con antecedentes criminales han sido capturados en la frontera desde su llegada a la Casa Blanca; que el uso de gases lacrimógenos contra familias de indocumentados en Tijuana “protege a nuestro país”; que el sistema educativo y sanitario estadounidense está colapsado por la inmigración ilegal; que “estamos intentando ser las personas más amables del planeta y [la inmigración ilegal] está destruyendo nuestro país; o que hay entre 30 y 35 millones de indocumentados (la cifra más aceptada ronda los 11 millones).
El muro, en su opinión, evitará que el flujo de “ilegales criminales” pueda hacer daño a los estadounidenses. Trump se mostró abierto en cambio a trabajar en una vía para legalizar la situación de los casi 800.000 jóvenes llegados al país de forma ilegal cuando eran niños de la mano de sus padres, y que ahora están pendientes de saber si la Corte Suprema sanciona la eliminación del programa de Acción Diferida para los Llegados en Infancia (DACA), que es lo único que les protege de la deportación.
El senador republicano Lindsey Graham, próximo a Trump, ya había dado a entender que el presidente podría estar dispuesto a aceptar una solución para estos soñadores a cambio del dinero para su muro. Una solución similar se intentó en el Senado hace un año y fracasó, en gran parte porque el presidente añadió otras exigencias para endurecer la política migratoria. Ahora Trump cree que, con una decisión favorable a sus intereses de la Corte Suprema (con mayoría conservadora, tras los dos nombramientos del presidente), está en condiciones de llegar a un acuerdo con los demócratas sobre este asunto y sobre el muro fronterizo, porque «muchos republicanos están a favor».