Texas.- Los jóvenes indocumentados y aún aquellos que se han beneficiado de la Acción Diferida para los llegados en la Infancia (DACA) tienen entre sus mayores desafíos los altos costos del cuidado de salud. Algunos hasta tienen miedo de buscar atención médica y hasta la evitan más cuando se trata de ver a un dentista.
Después de entrevistar a jóvenes indocumentados a lo largo de California, el reporte Asegurando Salud y Justicia para los Niños y Hombres de Color Indocumentados del Instituto Greenlining encontró que el acceso al cuidado de salud es lo más difícil para estos muchachos, que muchas veces son cabeza de familia.
“Mi padre tuvo que regresar a México y dejar a la familia cuando le dijeron que le quedaba un año de vida, y para vivir necesitaba un trasplante de corazón. Le hicieron ver en un hospital de Fontana que no lo podían poner en lista de espera por ser indocumentado”, dice Grace, una muchacha de 22 años criada en el área de Los Ángeles, pero que asiste a la Universidad de California en Berkeley. Ella quiere convertirse en abogada y aspira a ser juez.
Otro estudiante de 18 años del condado de Ventura que prefirió no dar su nombre, contrajo una deuda de 30,000 dólares cuando se vio obligado a ir a la sala de emergencia. “La cuenta la mandaron a cobranzas y dos años más tarde todavía estoy pagando esa deuda”, explica.
Los autores del estudio pidieron no dar los nombres completos de los estudiantes entrevistados para proteger su privacidad.
Los autores del estudio pidieron no dar los nombres completos de los estudiantes entrevistados para proteger su privacidad.
Otro muchacho indocumentado comentó que debido al alto costo de ver un dentista sólo toma medicamentos que puede comprar sin receta médica para calmar el dolor.
Michael, de 21 años y residente de Fresno, tuvo que dejar de ir a la universidad por un año y medio cuando su hermano mayor adquirió el VIH y al hermano menor lo deportaron. “Tenía que ayudarlo a pagar el tratamiento y las medicinas”, dice el joven, quien quiere convertirse en un comunicólogo.
“Estos cientos de miles de jóvenes y hombres de color que viven en California son nuestros vecinos, compañeros de clase y de trabajo, necesitamos entender sus luchas y asegurarnos que tengan oportunidad y recursos para que tengan éxito. Se trata de muchachos que estudian para convertirse en abogados, médicos y empresarios”, dijo Erika Cabato, autora del reporte.
De acuerdo a la investigación, aunque California ha logrado importantes victorias como dar asistencia financiera para ir a la universidad a los indocumentados, y Medi-Cal regular a los niños sin papeles de cero a 18 años, todavía hay muchas barreras que obstruyen el acceso para un cuidado médico de calidad.
Recomendaciones
Una de las recomendaciones propuestas por el estudio es ampliar la cobertura de salud para todos los californianos sin importar su estatus migratorio.
“Los legisladores estatales deben dar prioridad a la aprobación del Acta de Salud para Todos, la SB10 del senador demócrata de Bell Gardens, Ricardo Lara que al conseguir un exención federal permitirá a los inmigrantes indocumentados comprar un seguro de salud a través de Covered California sin subsidios”, señala el reporte.
Al aprobarse la ley se disminuirían los costos del cuidado de salud y se reducirían las disparidades para los indocumentados.